Literatura gratuita en Internet

Ante la llegada de los lectores de libros electrónicos, conviene conocer qué sitios web ponen a disposición del usuario material libre de derechos de autor
Por Jordi Sabaté 9 de junio de 2009
Img librogratix portada
Imagen: Manuel Martín

Lo que hace un lustro parecía una quimera comienza a hacerse realidad. Los lectores de libros electrónicos (también conocidos como “ebooks”) se hacen populares y sus ventas ya son notables. Su ligereza los hace fácilmente transportables y las mejoras en la tinta electrónica les permiten ofrecer los contenidos con la calidad suficiente para que no cansen la vista en exceso. También la irrupción de las tabletas ha ayudado mucho a la popularización de los textos digitales. Ante tal panorama, a las editoriales tradicionales no les queda más remedio que pensar en poner sus títulos a la venta en este formato. Aunque de momento lo excluyan de algunas ferias, los grandes del sector comienzan a aceptar la nueva realidad. Sin embargo, también se puede gozar de la buena literatura sin tener que pagar. Te contamos cómo.

Un estudio de 2009 realizado entre los usuarios del lector Kindlede Amazon ponía de manifiesto que el 70% de ellos superaba los 40 años y que el 37% de estos es mayor de 55 años. La razón puede ser el precio del aparato, que supera los 300 euros, lo cual supondría un filtro determinado por el poder adquisitivo. Pero también se baraja la hipótesis de que los más jóvenes optan antes por dispositivos multiuso, tipo videoconsola portátil, como instrumento para la lectura de libros electrónicos, ya que a la vez les permiten jugar a videojuegos y ver películas.

En todo caso, lo destacable es que los libros electrónicos encuentran su público principal entre los usuarios con capacidad para pagar por el producto y que además están dispuestos a hacerlo. Otro estudio, en este caso de la consultora The Cocktail Analysis, revelaba que la mayoría de los consumidores de «ebooks» echaba en falta una oferta mayor de obras de actualidad, «best sellers» o libros de temporada para sus aparatos lectores. Es decir, que los usuarios demandan títulos.

Los libros electrónicos encuentran su público principal entre los usuarios con poder adquisitivo

Pero a esta demanda, de momento, la industria del libro en castellano comienza a responder ahora con timidez, por lo que la escasez de títulos populares continuará hasta que las editoriales tradicionales se decidan a volcar su catálogo en Internet.

Ante tal perspectiva, el usuario lector de libros electrónicos tiene las siguientes opciones: decidirse por leer las novedades en inglés que se ofrecen en los servicios comoKindle Books y Barnes and Noble, acudir a algunas de las muchas páginas web que se dedican a digitalizar libros más o menos contemporáneos y compartirlos vía redes P2P, u optar por la literatura libre de derechos de autor que atesoran diversos proyectos e iniciativas de la Red.

Clásicos disponibles

Esta última alternativa no asegura actualidad pero sí calidad, porque la mayoría de los grandes clásicos de la literatura española, y universal traducidos al castellano, están disponibles para su descarga gratuita desde distintos proyectos, tanto institucionales como de libre creación por parte de fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro.

Ya sea en nombre de la cultura libre o bien de la promoción de la literatura patria, estas plataformas se han dedicado a recopilar títulos de autores que llevan más de cien años muertos y cuyos derechos de autor, por tanto, han expirado. Ello significa que han pasado al dominio público y que cualquier persona puede adquirir sus obras gratuitamente, comerciar con ellas o compartirlas con otros usuarios. Aun así, las traducciones y las ediciones pueden estar sujetas a derechos, pero no el texto.

La falta de títulos populares continuará hasta que las editoriales tradicionales se decidan a poner tienda en Internet

Estas plataformas ofrecen los títulos en formatos legibles por los lectores de libros electrónicos, como son PDF, DOC, HTML y TXT, por lo que, en principio, se pueden descargar a cualquier aparato que acepte dichos formatos (la mayoría lo hacen), aunque algunos presentan problemas con el formato de texto plano ASCII.

Si el lector tiene conectividad wifi, los títulos se podrán descargar al dispositivo o bien acceder a las páginas donde se exponen para leerlos sin necesidad de descargarlos; en caso contrario habrá que bajarlos a un ordenador para luego pasarlos al lector mediante la carga de la tarjeta de memoria. Si se tiene habilitada en el teléfono iPhone, o en el reproductor iPod Touch, alguna aplicación capaz de leer «ebooks», que también incorporan los dispositivos de la gama HTC con sistema operativo Android, la lectura se puede realizar en movilidad permanente y con acceso wifi a los textos.

Principales proyectos y sitios

  • Proyecto Gutenberg. Iniciada en 1971 por el activista Michael Hart, esta iniciativa tiene un origen y filosofía similar a la de la Wikipedia, ya que su vocación es pública, se puede colaborar libremente y se financia con las aportaciones de sus usuarios. Su objetivo es digitalizar la totalidad de obras escritas que se encuentran bajo el dominio público, aunque acepta también aquellas que, teniendo derechos, hayan sido donadas por sus autores. De momento, su criterio se somete a la jerarquía de las obras que considera más importantes y que más pueden aportar a los lectores, con el objetivo de ofrecer una selección de las mismas.

    El proyecto almacena miles de títulos en inglés y numerosos en otras lenguas europeas importantes, entre las que se encuentra el castellano. Ofrece los libros en formato HTML o en texto plano TXT. El primero es útil para los lectores con conectividad wifi, ya que no necesitan descargar los archivos. El segundo es leído por todo tipo de dispositivos. Los textos que ofrece en PDF son minoría, ya que es un formato que no permite retoques en el texto ni ediciones, aunque lo aceptan la mayoría de lectores.

    En lengua castellana, así como en las otras lenguas latinas peninsulares, ofrece una recopilación de títulos clásicos que incluyen toda la obra de Pérez Galdós, los clásicos del Siglo de Oro, por supuesto el Quijote(aunque con muchas más ediciones en inglés que en castellano) o la obra Blasco Ibáñez, entre otros muchos de una amplia selección. Además de títulos en gallego y catalán, dispone de algunos en formato audiolibro, ya que lectores voluntarios se han encargado de grabarlos y luego subirlos al sitio del proyecto.

  • Wikisource. Dentro del proyecto global de Wikimedia, que incluye a la Wikipedia, se encuentra esta iniciativa que pretende recuperar y organizar todos los textos libres de derechos de autor o publicados bajo licencia GPL (libre). A pesar de ser un proyecto global, dispone de un notable apartado de libros en castellano, en el que destacan los títulos del Siglo de Oro y de la poesía y literatura medievales.

    Sin embargo, el elenco de obras de la literatura moderna (del siglo XVIII en adelante) es escaso de momento. Hay que tener en cuenta que los textos son digitalizados gracias al esfuerzo de voluntarios y la cantidad de obras libres es abundante. Otro problema para los dispositivos que no tengan conectividad wifi es que no ofrece las obras en descarga. Por contra, para aquellos lectores con wifi, presenta la ventaja de que se pueden sindicar en RSS los nuevos títulos que se digitalizan y así se puede estar informado en todo momento de las novedades.

  • Biblioteca.org. Se trata de una iniciativa argentina patrocinada por diferentes entidades públicas y privadas que pretende disponer para su descarga un catálogo de libros en castellano destinado a estudiantes y usuarios en general. El objetivo es conformar una biblioteca gratuita y virtual en la que los usuarios puedan apoyarse para su formación. El catálogo que ofrece es amplio y abarca numerosos temas, con un total de 11.646 obras disponibles para su descarga en formato PDF.

  • Librivox. Este proyecto libre y comunitario tiene como objetivo último volcar todos los títulos libres de derechos en archivos de audio, es decir hacer audiolibros gratuitos y libres. Para ello cuenta con las aportaciones de los internautas, que actúan de lectores y graban sus lecturas en voz alta para luego pasar las grabaciones a MP3 u OGG Vorbis (un formato de audio libre) y subirlas a la página del proyecto. Estas se pueden escuchar en la Red o descargar en forma de podcastpara oírlas en dispositivos portátiles. Incluye servicio RSS para estar al día de los nuevos audiolibros y, como ejemplo, dispone de la lectura del Quijote en varios idiomas, entre ellos el castellano, aunque con acento inglés.

  • Bilbioteca virtual Cervantes. Se trata de una iniciativa del Ministerio de Cultura español para promocionar la literatura nacional en la Red. Esta plataforma cuenta con numerosos textos de libros y revistas extraídos de la Biblioteca Nacional y la Hemeroteca Nacional. Sin embargo, aunque algunas de sus obras pueden descargarse, sobre todo del Siglo de Oro español, están en formato PDF y como una imagen de las páginas escaneadas, por lo que el archivo puede resultar poco apto (o nada) para ser leído en lectores.

    A este respecto, el director de proyectos, Francis Ballesteros declaraba lo siguiente: «el catálogo editorial de Cervantes usa el ePub como formato principal para su lectura en portalibros, tabletas y móviles, mientras que para la página web utilizamos sobre todo PDF y HTML.» Por otro lado, la Virtual Cervantes no ofrece en descarga obras de autores tan importantes como Pérez Galdós o Clarín, aunque sí están en acceso web sus principales novelas. Resulta muy interesante, eso sí, para bibliófilos deseosos de encontrar libros técnicos de otros siglos.

El libro electrónico, ¿próxima batalla de la cultura?

Por la Red circulan hoy, sin ningún tipo de control de copias ni de compensaciones a los autores, miles de libros electrónicos cuyos derechos de autor aún están lejos de expirar. Son numerosas las páginas y blogs que, bajo la motivación principal de hacer críticas de títulos libres de derechos, enlazan a sitios de descarga de ediciones vigentes, o bien ofrecen directamente la descarga de las mismas. Algunos de estos blogs llevan publicidad, y aunque tal hecho no supone que incurran en delito, sus actividades podrían ser objeto de demandas por parte de entidades culturales y sociedades de autores.

Estos blogs no tendrían la relevancia que les conceden los buscadores si no respondieran a una necesidad creciente de títulos por parte de los consumidores

Pero tras esta situación, que comienza a preocupar a la industria cultural, también se esconden varias verdades irrefutables: la primera es que esta práctica ha sido durante mucho tiempo ignorada, cuando no tolerada, por la industria editorial, pues la consideraba residual, y la posibilidad de que el negocio digital floreciera era, hasta la aparición del Kindle de Amazon, lejana. La situación ha cambiado y, por tanto, también va a cambiar pronto la actitud de los editores respecto a estas situaciones.

Por otro lado, estos blogs no tendrían la relevancia que les otorgan los buscadores si no respondieran a una necesidad creciente de títulos por parte de los consumidores de libros electrónicos.Una necesidad que las editoriales, por el momento, se niegan a cubrir o empiezan a tener en cuenta a regañadientes. Si florecen los lectores de “ebooks” y no encuentran textos “oficiales”, los ciudadanos irán a buscar los “extraoficiales”, señalan algunos analistas, que aseguran que el conflicto del libro digital discurrirá por el mismo camino que ya hizo la música. Ante esta situación, Amazon intenta marcar el camino hacia la solución con su tienda Kindle Store, tal como lo hizo Apple con su negocio iTunes en la descarga de canciones.

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