Cicloturismo

En caso de inclinarse por esta forma de viajar existen diferentes alternativas de salidas de día, fin de semana o de una semana
Por EROSKI Consumer 30 de abril de 2002

El cicloturismo es un deporte no competitivo que tiene como principal virtud aprovechar la facilidad que brinda la bicicleta para hacer turismo. Esta fórmula, una de las más baratas para viajar solo o en compañía, ofrece la posibilidad de recorrer caminos de difícil acceso para otros vehículos, de forma rápida, segura, alegre y en contacto íntimo con la naturaleza. Incluso permite circular por distintas rutas, caminos o calles, así como conocer diferentes pueblos y ciudades.

Las alternativas son muchas y variadas. Existen ofertas de salidas de un día, de fin de semana, e inclusive de las denominadas de «largo aliento», por lo general muy bien organizadas, con vehículos de apoyo técnico y seguros contra accidentes personales. No obstante, también puede darse la circunstancia de prefieras salir con la bicicleta totalmente libre, sin depender de nadie y recorriendo los caminos tal como van apareciendo.

Una de las grandes ventajas del cicloturismo se centra en que contribuye a mejorar las funciones orgánicas del cuerpo, pero su práctica ha de ser gradual. En cualquier caso, antes de viajar de esta forma conviene conocer muy bien cuáles son los límites físicos, frecuencia cardíaca máxima, estados aeróbicos, etc…

Para disfrutar a tope hay una norma básica que nunca se debe obviar: tener a punto siempre la bicicleta. De lo contrario, lo que en principio iba a ser un agradable viaje en compañía de los amigos se puede convertir en una negativa experiencia. Dentro de las recomendaciones básicas para el mantenimiento de la bicicleta, se destacan las siguientes:

Primeros 50-100 kilómetros: Controlar los puntos principales del montaje de la bici como bielas, pedales, manillar y tija de sillín.

Cada 250-350 kilómetros: Limpiar y lubricar la cadena.

Cada 500 kilómetros: Revisar el desgaste de la «cala» de la bicicleta, ya que puede provocar una caída muy peligrosa.

Cada 1.000 kilómetros: Engrasar los bujes.

Finalmente, recordar que después de cada salida conviene centrar las llantas, revisar neumáticos y frenos.

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