¿En qué consiste el crédito puente?

La mejor solución para poder endeudarse en la compra de una nueva vivienda sin haber vendido antes la antigua es solicitar este tipo de financiación
Por EROSKI Consumer 5 de enero de 2006

El «crédito puente», como tal, consiste en un crédito obtenido como financiación temporal y con la garantía de un ingreso futuro del prestatario o deudor. Este tipo de producto financiero es utilizado por personas que necesitan adquirir un nuevo inmueble y no disponen del tiempo necesario para vender su actual vivienda en condiciones óptimas.

En estos casos, el cliente puede solicitar a la entidad financiera que le conceda un «crédito puente», obteniendo así una financiación en forma de préstamo personal para sufragar la entrada y los pagos al promotor. Gracias a ello el comprador dispondrá de la cantidad necesaria para adquirir la nueva casa.

Este crédito se cancelará tras la obtención de la hipoteca definitiva, ya que al recibir la vivienda nueva el cliente suscribirá una hipoteca tradicional por un montante superior.

Aunque estos productos existen, las entidades financieras no suelen promocionarlos puesto que al tratarse de un crédito de vivienda por vivienda el riesgo para el banco es más elevado, al menos hasta que se materializa la venta pendiente. De ahí que las condiciones en cuanto a tipos de interés y comisiones no sean idénticas para todos los clientes.

Si bien el riesgo es elevado para el banco, la garantía frente a una insolvencia también es el doble porque el pago está respaldado por las dos propiedades del cliente. Principalmente por esta doble garantía las entidades financieras se decantan por conceder este tipo de créditos. No obstante, son más reacias a ofrecer «hipotecas puente».

El término «hipoteca puente» puede que no exista como tal denominación sino que más bien se trata de una designación popular. La llamada «hipoteca puente» sería solicitada por clientes que han apostado por adquirir una vivienda todavía sin construir, es decir, realizan una compra sobre plano disponiendo a su vez de una vivienda en propiedad.

En este supuesto se hipoteca el inmueble en propiedad, evitando de esa forma un préstamo personal. Además, la entidad financiera se compromete a esperar aproximadamente un año para que el solicitante venda su vivienda y reestructurar la situación con el préstamo hipotecario que necesite finalmente.

Pero esta facilidad para adquirir una nueva casa tiene un gran peligro, ya que gracias a este producto pueden darse iniciativas de tipo especulativo por tratarse de un mercado caracterizado por una fuerte revalorización de los precios de los inmuebles. Por todo ello, los bancos no suelen ofrecer hipotecas vivienda.

Sin embargo, el «crédito puente» aunque no es un producto ofrecido habitualmente, las entidades financieras si llegan a concederlo a algunos clientes. El perfil del solicitante de un «crédito puente» suele coincidir con personas que apalabran la adquisición de una vivienda asegurándose que va a ser suya frente a posibles subidas de precio o cambios en las condiciones del mercado. Así prolongan el plazo de la firma de escrituras lo máximo posible para poder vender su vivienda actual de la mejor forma posible. Además gracias al «crédito puente» el solicitante puede extender el plazo de tiempo establecido para garantizarse una buena venta sin prisas.

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