Inspección técnica antes de comprar una vivienda

Con el fin de detectar si el inmueble deseado tiene algún problema, conviene contratar a un inspector de viviendas
Por Lola Raya Bayona 8 de febrero de 2011
Img vivienda
Imagen: Daniel Lobo

Examen de la propiedad

La inspección técnica de una vivienda consiste, en líneas generales, en realizar un completo examen de la propiedad para determinar el estado de todos sus elementos: los sistemas mecánicos, la disposición general del inmueble y las condiciones estético-ambientales. Es una información de gran utilidad si se quiere comprar una vivienda, pero también si se quiere vender, sobre todo en estos momentos en los que el mercado está más parado que nunca.

Los certificados de Inspección Profesional de Vivienda (certificados IPV) pueden ser, por lo tanto, un factor decisivo para cerrar una operación de compra-venta. Lo puede contratar tanto el comprador como el vendedor (o ambos, al mismo tiempo). Para el comprador, supone la seguridad de que la propiedad que le interesa está en perfecto estado, o bien la posibilidad de plantear un posible descuento si hubiera algún elemento defectuoso. Por su parte, el vendedor puede exhibir esta información ante los posibles compradores como garantía de que la vivienda no tiene ningún problema.

En resumen, los expertos señalan que el certificado IPV puede beneficiar a las siguientes personas:

  • Al vendedor. Le agilizará y facilitará la venta porque le proporciona un hecho diferencial sobre las demás viviendas.
  • Al comprador. Puede llegar a una negociación y conseguir un precio más ventajoso. Además, es obligación del comprador estar bien informado.
  • A quien alquila. En el caso de que haya desperfectos en la vivienda, con este certificado es posible reclamar su importe.
  • A quien ya tiene alquilada una vivienda. Puede saber cómo conserva y mantiene su patrimonio durante el periodo del arrendamiento.

Un certificado opcional

El certificado IPV es el documento que acredita el estado de una vivienda. Se utiliza en los principales países del mundo desde hace años, como medida de seguridad en las operaciones de alquiler, compra o venta, y ahora también en España. En general, se recomienda que la inspección se lleve a cabo antes de pedir un préstamo, de esta manera, cualquier problema que tenga la vivienda se detectará antes de destinar tiempo o dinero a obtener la financiación. A menudo, es el comprador quien tiene la responsabilidad de pagar la inspección independiente de la vivienda.

El informe IPV no sustituye a otros informes técnicos u otra documentación de obligado cumplimiento al realizar una operación de compra-venta de una vivienda. Tampoco tiene nada que ver con las inspecciones que puede realizar un arquitecto o un aparejador, debido a que estos siguen el Código Técnico de la Edificación, mientras que el trabajo del Inspector encargado de la IPV contempla otras características de una vivienda, igual de importantes, como dejar constancia en una fecha determinada del estado, funcionamiento y saneamiento de la vivienda que se inspecciona. Tampoco debe confundirse con la tasación de una propiedad, ya que una tasación es una estimación de valor a cargo de un tasador profesional.

Elementos que se inspeccionan

¿En qué consiste una inspección? Los estándares de la práctica habitual de los inspectores exigen que estos deban evaluar el estado de una serie de componentes de una vivienda y que presenten un informe por escrito al comprador. El Inspector IPV realiza un examen pormenorizado de la vivienda, que revisa en su totalidad, incluso en las áreas intermedias. Comprueba los niveles de acústica, la luminosidad, la humedad ambiental y el monóxido de carbono; las instalaciones de agua, luz y gas; revisa el estado de los suelos, las paredes, los techos, los alicatados y los zócalos, abre y cierra puertas, ventanas, persianas, cajones, muebles.

También comprueba el buen funcionamiento de los electrodomésticos, la calefacción, la ventilación, los sanitarios, los grifos, los sifones, los desagües, el saneamiento y la higiene general de la casa. Es decir, define el estado general de habitabilidad de la vivienda y lo refleja en un informe escrito y fotográfico, fácilmente comprensible, que se denomina certificado IPV.

El Inspector IPV estudia unos 400 puntos en el informe de alquiler de una vivienda y unos 550 puntos en el informe de venta. Los aspectos básicos que se revisan son los mencionados a continuación:

  • Sistemas de calefacción central y aire acondicionado.
  • Sistemas eléctricos.
  • Sistemas de fontanería en el interior de la vivienda.
  • Paredes, techos, suelos y escaleras del interior de la vivienda.
  • Aislamiento visible.
  • Sistemas de ventilación.
  • Sótano, ático y tejado accesible.
  • Revestimientos de paredes, tapajuntas y molduras.
  • Ventanas y puertas.
  • Drenajes, bajadas de agua y nivelación de superficies.

La persona que contrata este servicio debe insistir en que se detallen todos estos puntos en el informe que le suministre el inspector. Además es muy recomendable que se reúna en persona con el inspector de viviendas después de que éste haya realizado el estudio. De esta manera, se tendrá la oportunidad de formularle todas las preguntas sobre cualquier desperfecto que haya en la vivienda y de obtener una estimación del coste de las reparaciones necesarias. También le brindará una oportunidad para realizar preguntas sobre el mantenimiento de la misma. Todos estos datos son, para el comprador, de una gran utilidad para negociar el precio definitivo con el vendedor.

Perfil del inspector

Sigue el código Ético de la Asociación de Inspectores de Vivienda y dispone de un equipo profesional de herramientas para el examen

El inspector es un profesional que sigue el código Ético de la Asociación de Inspectores de Vivienda (ASIPV). Esta organización se encarga de formar y acreditar a estos profesionales para que puedan realizar tareas de inspección. En la web de la asociación (www.asociacionipv.com) se accede a un listado de los profesionales que operan en cada zona geográfica.

El inspector IPV dispone de un equipo profesional que, entre otras herramientas, está compuesto por medidores de grietas, luminosidad, decibelios, humedad ambiental, voltaje, gases, etc. La cámara fotográfica que utiliza lleva un programa adjunto denominado EXIF, con el cual queda constancia de cualquier modificación de la fotografía original. Hay jurisprudencia de que estas imágenes se han aportado como una prueba fehaciente.

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