Soledad y salud, malas compañeras

La soledad, además de propiciar malos hábitos, también tiene efectos directos sobre el metabolismo, el sistema nervioso y la salud mental
Por Teresa Romanillos 22 de junio de 2012
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Imagen: David Mas

Vivir solo, sin compañía, incide sobre la salud, tanto en la vertiente física como psicológica. Cada vez son mayores las evidencias de la influencia de la soledad en el ser humano, ya que puede propiciar malos hábitos y afectar de forma directa al metabolismo y el sistema nervioso. Además, tiene un peso en la salud mental: un estudio reciente concluye que las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de sufrir depresión. En una época en la que, a pesar de que Internet y las redes sociales parecen haber reducido el aislamiento social, se contabilizan más personas que viven solas. A continuación se describen qué efectos provoca la soledad en el estado de salud de las personas.

La soledad: mayor riesgo de depresión

La soledad aumenta el riesgo de sufrir una depresión. Esta es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos finlandeses con un trabajo que demuestra que las personas que viven solas tienen un 80% más de riesgo a tener depresión que las que lo hacen en compañía. La investigación ha sido publicada en la revista BMC Public Health y ha causado un gran impacto, dado que el número de personas que habitan en soledad se ha multiplicado durante los últimos 30 años; en la actualidad, una de cada tres en los EE.UU. y el Reino Unido vive sola.

De hecho, ya se conocían los efectos que la ausencia de compañía tiene en personas de edad avanzada: aumenta el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la salud mental. Ahora, el estudio publicado aporta nuevos datos, ya que ha sido realizado con 3.500 personas de edad media, lo que indica que la correlación entre la soledad y la depresión también se da en personas más jóvenes.

Algunos estudios han demostrado que la soledad hace que se vivan menos años y con más enfermedades

Para este informe, los investigadores preguntaron a los participantes si vivían solos o acompañados, así como el entorno social que los rodeaba en el trabajo. También se interesaron por la educación, los ingresos, las condiciones de la vivienda y algunos hábitos de vida, como la práctica de ejercicio físico y el consumo de tabaco y alcohol. El análisis de los datos mostró, además, que el aspecto que más influía en el riesgo de padecer depresión en las mujeres era el mal estado de la casa, mientras que en los hombres era la falta de apoyo social.

La explicación por la cual la soledad puede provocar depresión, según los expertos, es el aislamiento que sufren las personas que viven solas. Vivir en compañía aporta soporte emocional, sentimiento de integración social y confianza, elementos que en su ausencia son de riesgo para muchas enfermedades mentales.

Soledad y mala calidad del sueño

La calidad del sueño es otro de los mecanismos que conectan soledad y peor salud. Se ha demostrado que las personas con aislamiento social tienen una peor calidad de sueño, que está relacionado en una serie de efectos a nivel metabólico y del sistema nervioso.

A otros niveles, un estudio realizado en EE.UU. ha puesto de manifiesto que también puede afectar a la respuesta inmune a través de la expresión de algunos genes en los glóbulos blancos. Esta investigación, publicada en la revista Genome Biology, es la evidencia de hasta qué punto la expresión de los genes se ve condicionada por el entorno; los resultados sugirieron que el sentimiento de soledad está relacionado con alteraciones en la actividad del sistema inmunitario, que provocan un aumento de señales inflamatorias en el organismo. Estas señales están implicadas en las enfermedades cardiovasculares, en la vulnerabilidad frente a las infecciones y en el cáncer.

Sentirse solo afecta a la salud

Las personas que se sienten solas suelen tener peor salud que quienes se encuentran acompañadas. De esta manera, algunos estudios han demostrado que la soledad hace que se vivan menos años y con más enfermedades, de forma que podría ser un factor de riesgo para la salud tan perjudicial como la obesidad o el sedentarismo.

Uno de los mecanismos por los que influye en la salud está asociado con que el estilo de vida de los solitarios, en ocasiones, es más descuidado. A menudo, tiende a cuidarse menos la alimentación y a «pasar» con cualquier cosa. También la actividad física puede verse limitada sin el estimulo de otros que animen a salir. Además, algunos estudios apuntan que las personas socialmente más aisladas consumen más alcohol y adoptan conductas de mayor riesgo, como no abrocharse el cinturón de seguridad.

A nivel fisiológico, la soledad parece incidir en el sistema cardiovascular. Hace unos años ya se demostró que sentirse aislado aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias y algunas investigaciones han comprobado que las personas solitarias tienen mayores valores de tensión arterial y frecuencia cardiaca. Los niveles de cortisol (hormona implicada en el estrés) también muestran valores superiores. Esto podría explicarse por el hecho de que los individuos que encuentran un menor apoyo en su entorno precisan estar en un mayor estado de alerta para controlar las posibles dificultades que surjan.

Soledad y relaciones on line

En la época actual, una paradoja envuelve las redes sociales en Internet. En apariencia, son una herramienta de comunicación que permite compartir experiencias y agrandar el círculo social. Sin embargo, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Arizona (EE.UU.) asegura que las relaciones en la Red son superficiales y aumentan el aislamiento. Los científicos llevaron a cabo un cuestionario a 265 adultos y observaron que las redes sociales podían reemplazar a las relaciones reales más estrechas y, por lo tanto, provocar una sensación de falso entorno social que al final termina por causar más aislamiento.

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