Patatas cocidas con piel

Cocer las patatas con piel permite mantener todas sus propiedades nutricionales
Por EROSKI Consumer 2 de abril de 2008
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Imagen: Afonso Lima

La patata, uno de los vegetales que contienen mayor cantidad de almidón, es imprescindible en una dieta equilibrada y adecuada para cualquier grupo de edad. Su alto contenido en agua (el 75%) y su poca cantidad de grasa (si no se consume frita) la hacen un alimento muy recomendable. Sin embargo, las diferentes maneras de cocinarlas pueden modificar su composición nutricional.

La piel de la patata contiene la mayoría de fibra y nutrientes, en especial vitamina C, localizados alrededor de la piel, que se consiguen mantener en parte si las cocemos con su propia piel. Sin embargo, las decoloraciones verdosas y los brotes, como la piel, pueden ser tóxicos por su alto contenido en solanina, glucoalcaloide de sabor amargo, un fungicida y pesticida propio de la patata. Para evitarlo, sólo ha que lavarla minuciosamente y eliminar estas partes.

Elaboración

Las patatas que vayamos utilizar deben ser aproximadamente del mismo tamaño para que tarden el mismo tiempo en cocerse. Las lavamos introduciéndolas en agua fría con un poco de sal y vinagre o zumo de limón. Las colocamos en una cazuela con abundante agua fría y un poco de sal y las ponemos a fuego fuerte hasta que comience a hervir. En ese momento bajamos la intensidad del fuego y cocemos a fuego suave, para evitar que se deshagan.

Dejamos hervir hasta que estén cocidas, aproximadamente 45 minutos. Para asegurarse de que ya están cocidas, sólo hay que pinchar y no encontrar resistencia. Entonces, escurrimos y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez frías, se pelan, quitando los ojos y se cortan según el plato que se quiera preparar.

Este tipo de plato suele utilizarse para ensaladillas, ensaladas o en la elaboración de purés. También se utilizan en salteados. Para ello, una vez cocidas, se cortan en rodajas de ocho centímetros y se saltean con aceite aromatizado con ajo y perejil. De esta manera se suelen usar como guarnición.

En numerosos platos

Entrantes, primeros y segundos platos, acompañantes de carnes o pescados, e incluso como postres. La patata es un alimento de uso muy generalizado en las cocinas de todos los países del mundo. Sus principales características, sabor suave y textura agradable, la hacen un alimento ideal para elaborar en numerosas formas y en combinación con infinidad de alimentos.

Además de la cocción, las patatas pueden cocinarse fritas, al vapor, asadas o guisadas. Para freír, deben sumergirse en aceite caliente abundante, y evitar que adquiera un color marrón. La preparación al vapor es la que mejor conserva los nutrientes, incluso con piel, siempre que se laven bien. Si se hierven, lo mejor es elegir patatas tempranas, de carne compacta y harinosa, ya que mantienen su forma tras la cocción. La guía CONSUMER EROSKI sobre Legumbres, cereales y patatas proporciona información práctica para conocer y sacar todo el partido a estos alimentos básicos e imprescindibles en nuestra dieta.

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