La calidad del agua de baño

Sus mejoras se ha notado en los últimos años, pero todavía quedan puntos negros, en especial, en ríos y en lagos
Por Alex Fernández Muerza 29 de julio de 2010
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La calidad del agua de baño en Europa y España ha mejorado en los últimos años, pero algunos puntos negros requieren un mayor esfuerzo, en especial, en las zonas interiores. Así lo reflejan varios estudios sobre este aspecto ambiental, cuya preocupación crece en estas fechas, cuando millones de personas se dirigen a playas, ríos y lagos para aplacar los calores estivales. Los consumidores pueden y deben exigir mayores controles y mejoras en el agua para bañarse.

El agua de las playas, a examen europeo

El 96% de las zonas de baño costeras de la Unión Europea (UE) cumplieron las normas mínimas de calidad de sus aguas en 2009. Es una de las principales conclusiones del informe que cada año presentan la Comisión Europea (CE) y la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Sus responsables resaltan la favorable evolución de los últimos años: el cumplimiento de los valores obligatorios en las zonas costeras ha mejorado el 80% que se obtenía en 1990.

España es uno de los países de la UE con mejores cifras de calidad
Según este estudio, que analiza el estado de las aguas de más de 20.000 zonas de baño europeas costeras y de interior, España es uno de los países de la UE con mejores cifras de calidad: el 98,6% del agua de las 1.910 playas examinadas respeta los criterios comunitarios mínimos de calidad. La evolución positiva también es notable en España: en 1990 no se pasaba del 86,5%.

Sin embargo, el estudio detecta algunos aspectos negativos. Entre 2008 y 2009 se registró un leve deterioro en el número de aguas de baño que cumplían las normas mínimas, con reducciones inferiores a un punto porcentual. El 2% de las zonas de baño costeras de la UE quedó prohibido en 2009, sobre todo, en Italia.

ImgEn el caso de España, el porcentaje empeoró un 0,8% con respecto a 2008, cuando se logró un 99,4%. En nueve playas no se cumplieron los estándares europeos, aunque no se cerraron. Donde sí se tomó esta decisión extrema fue en la playa de Lourido (A Coruña) y en la de Bocabarranco (Las Palmas). En el primer caso se debió a las malas condiciones de acceso al agua y en el segundo, a la presencia de residuos que afectaban a las condiciones sanitarias.

Por ello, los responsables comunitarios reconocen que todavía hace falta trabajar para mejorar su situación. En esta tarea, señalan desde la CE y la AEMA, se requiere el compromiso de los consumidores, que deben concienciarse de la importancia de conservar el medio ambiente, exigir aguas más limpias a las autoridades pertinentes y denunciar las posibles infracciones de la normativa europea.

Las aguas interiores, en peores condiciones

El informe de la CE y la AEMA refleja peores datos cuando se refiere a la calidad del agua de las zonas de interior. Según sus responsables, en 2009, el 10,6% de los ríos y lagos europeos estudiados no cumplieron los requisitos mínimos. Las cifras empeoran al compararlas con las de 2008, cuando se lograron 2,6 puntos más.

En 2009, el 10,6% de los ríos y lagos europeos estudiados no cumplieron los requisitos mínimos

En España, los datos no son mejores: el porcentaje ha empeorado en un 0,3% con respecto a 2008, cuando un 92,9% de las aguas interiores eran de calidad suficiente, según el estudio comunitario.

De los 116 ríos y 91 lagos estudiados, se tuvieron que cerrar cinco zonas de baño de zonas interiores: el embalse de La Viñuela (Málaga), dos tramos del río Júcar a su paso por Cuenca y los ríos Maitena y Genil en la Sierra de Güejar (Granada).

No obstante, el estudio señala también una favorable evolución en los últimos años: en 1990 sólo cumplían los requisitos el 60,4% de las aguas interiores. Y es que, como señalaba en 2001 un artículo de EROSKI CONSUMER, la CE solicitó al Tribunal Europeo de Justicia una multa diaria de 7,6 millones de las antiguas pesetas para España por no respetar la normativa comunitaria en materia de calidad de aguas interiores de baño.

Un informe más crítico que el comunitario es la «Guía 2009-2010 de las zonas de baño en ríos, lagos y embalses» de Ecologistas en Acción. El trabajo indica que España ha descatalogado 327 zonas de baño interiores entre 1991 y 2008, y 22 en el periodo 2008-2009, debido al fuerte deterioro de sus aguas, por causas tan diversas como extracciones de agua desproporcionadas, regulaciones del cauce o contaminación.

Las zonas descatalogadas se encuentran en los municipios de Andujar (Jaén), Alcaucín, Ardales y Gaucín (Málaga), San Nicolás del Puerto (Sevilla), La Puebla de Castro y Estada (Huesca), Santa Eulalia de Gállego (Zaragoza), Cañada del Hoyo (Cuenca), Borredá (Barcelona), Banyoles y Olot (Gerona), Camarasa (Lérida), Castuera (Badajoz), O Pinos y Ames (A Coruña), Muíños (Ourense), Manzanares El Real y San Martín de Valdeiglesias (Madrid), Erro (Navarra), Anna y Navarrés (Valencia). Según este grupo ecologista, la descatalogación supone en la práctica que la Administración no tiene que vigilar la calidad de sus aguas, ni posibles vertidos contaminantes, ni anunciar posibles riesgos para la salud de los bañistas.

El informe señala diferentes problemas en las aguas continentales de todo el país, si bien apunta a Madrid y Murcia como las comunidades con más incidencias. Los ecologistas recuerdan que en 2008 la CE abrió un expediente contra España porque más de 400 localidades no disponían de un sistema de tratamiento de aguas residuales conforme a la normativa medioambiental comunitaria.

Cómo se controla la calidad de las aguas

En 2006 entró en vigor una nueva Directiva para gestionar la calidad de las aguas de baño en la UE. Los responsables europeos actualizaron los parámetros y las disposiciones de control para adaptarlos a los nuevos conocimientos científicos. Los Estados miembros tienen hasta 2015 para aplicarla, pero un total de 14, entre ellos España, ya efectuaron los controles de sus zonas de baño durante la temporada de 2009 con arreglo a ella.

La Directiva señala una serie de parámetros físicos, químicos y microbiológicos objetivos y unos valores mínimos que se deben cumplir de manera obligatoria. Por su parte, los municipios con playas, ríos, pantanos o piscinas fluviales están obligados a informar a los usuarios de la aptitud de las aguas de baño.

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