Lesiones y problemas físicos en las manos

Alteraciones en huesos, ligamentos o tendones comprometen la vida cotidiana y la actividad profesional
Por Clara Bassi 4 de abril de 2010
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Imagen: dennis crowley

Las manos son las grandes aliadas en el día a día, una de las partes del cuerpo que más se utilizan y a la que, paradójicamente, se presta poca atención. A veces, se resienten de diversos problemas de salud, que difieren según la profesión que se desempeñe y de las actividades lúdicas y deportivas que se practiquen. Son, además, el espejo de las emociones y se contraen y tensan ante una carga emocional elevada. Las personas con problemas en las manos deben implicarse en el tratamiento que les prescriba su fisioterapeuta para que recuperen con éxito su función.

Saludar, cocinar, tender la ropa o escribir en el ordenador. Las tareas domésticas y laborales que se realizan con las manos a lo largo del día, a menudo, sin ser conscientes, son numerosas. Por eso, el impacto de una lesión o un problema físico en ellas puede comprometer la autonomía en la vida cotidiana y la actividad profesional, puesto que desde el punto de vista traumático es una de las regiones corporales que se relacionan con una mayor patología laboral. Ésta se produce, sobre todo, por dos mecanismos: por una posición mantenida o microtraumatismos de repetición.

Las manos pueden sufrir tres tipos de problemas: afectación del hueso, de los ligamentos y tendones. La afectación ósea se refiere a fracturas, como la de escafoides, o bien a procesos degenerativos como la artrosis del primer dedo (el pulgar). Los problemas de ligamentos son habituales entre personas que practican juegos de pelota, donde con frecuencia se producen esguinces o distensiones. Y, por último, los tendones, donde son comunes secciones profundas con objetos cortantes o atrapamientos de los nervios periféricos, como el túnel carpiano, detalla Rafel Donat, fisioterapeuta de MC Mutual y profesor titular de Fisioterapia de la Fundación Universitaria del Bages.

Cada profesión tiene su riesgo

Los riesgos para la salud de las manos varían en función de la profesión u oficio que se ejerza. Las fracturas y traumatismos de alto impacto se pueden originar debido a una repercusión por la movilización de grandes pesos o golpes de pelotas. Las secciones tendinosas afectan a quienes utilizan elementos cortantes, como los carniceros y los carpinteros, mientras que las afecciones degenerativas, como la sinartrosis, son típicas de oficios donde se requiere una gran precisión de forma mantenida, como les sucede a las modistas. Los esguinces de los tendones son propios de actividades deportivas, como el jogging, el baloncesto o el voleibol.

Entre las patologías que afectan a tendones figuran las tendinosis, más conocida como tendinitis crónica -un cúmulo de pequeñas lesiones en el tendón-, la tenosinovitis -inflamación del revestimiento de la vaina que rodea al tendón- y las tendinitis clásicas, que son una inflación de un tendón, causa de dolor y sensibilidad cerca de una articulación.

El dedo (o pulgar) del esquiador es otra dolencia común en deportistas y accidentes de tráfico. Esta lesión se origina por el atasco del dedo del bastón (por no llevarlo bien sujeto) cuando éste queda atrapado en la nieve mientras el esquiador sigue en movimiento o tras una caída. Este mal gesto conduce a un estiramiento o desgarro en el ligamento. También se puede producir cuando un niño juega con una pelota o coge un objeto convexo.

Carga emotiva

Las manos son una de las partes del cuerpo con la que el ser humano se relaciona, se expresa y contacta con sus semejantes. De ahí que la pérdida de su funcionalidad pueda tener una repercusión importante en la vida cotidiana. Mientras se duerme, igual que ocurre con los pies, las manos se cierran y se abren, y se flexionan los dedos. Las personas con una carga emotiva alta, tienden a cerrarlas aún más. Esta posición mantenida durante la noche provoca que la palma se acorte y se comprima, mientras que fuerza el dorso de las manost.

Como decía el filósofo Emmanuel Kant, «la mano es el cerebro externo del cuerpo» y termina por expresar las emociones, que se manifiestan a través de la postura corporal. Esta asociación entre carga emotiva y posición de las manos es más evidente en el género femenino. Las mujeres suelen ser frioleras de manos y pies y somatizan cualquier situación emocional, e interiorizan más sus preocupaciones. Por las noches, adoptan la posición fetal y se pliegan sobre sí mismas, lo que hace que se fuercen determinadas articulaciones. Esto marca el inicio del túnel carpiano, más frecuente en las mujeres. La prevalencia de esta lesión así lo ilustra: la padecen 2 de cada 10 mujeres y en hombres no llega a 1 de cada 20, es decir, la mitad.

Mientras que en la mujer el origen de este problema es, en general, la carga emocional por la que se fuerzan las articulaciones, en el hombre suele ser profesional. Los sectores ocupacionales más afectados son aquellos en los que se llevan las manos a una posición forzada con carga, montaje o torsión repetitiva. En los varones, la causa se origina, a menudo, en la envoltura de los tejidos blandos (fascia) de las manos, que se acortan. El túnel carpiano es un caso particular en las gestantes. Este especialista expone que las mujeres embarazadas retienen más líquido en el organismo, lo que provoca la compresión del nervio mediano, al nivel del túnel carpiano de la muñeca, que se vuelve más estrecho. Por eso, la prevalencia es mayor en ellas. Pero ya que se origina a partir de un atrapamiento por la rotación de líquidos, se puede tratar con un drenaje.

FÉRULAS TERMOPLÁSTICAS

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Las férulas termoplásticas, que llevan los patinadores en línea o skaters para proteger las manos de caídas, también se pueden utilizar para tratar las posiciones demasiado forzadas de las manos durante la noche. “Los fisioterapeutas, como mucho, dedicamos una hora al día a cada paciente. No es posible resolverlo todo en una hora, por lo tanto, el paciente debe participar en el tratamiento de sus lesiones”, añade Rafel Donat. La colocación de férulas termoplásticas durante la noche favorece el descanso de la articulación, al menos durante las horas que se duerme, y hace que se recupere antes.

Además, de noche, no se puede controlar la postura corporal, por lo que la colocación de estas férulas cobra pleno sentido. La utilización de férulas termoplásticas es una de las últimas técnicas que se ha incorporado al amplio abanico de tratamientos que se aplican en rehabilitación. Cada paciente requiere uno distinto, en función de cuál sea su lesión y de cómo evolucione.

El secreto para conseguir esta implicación es explicarles su utilidad. Los expertos en biomecánica funcional ofrecen consejos a cada persona que los necesita, y sitúan la patología en el medio en el que está ubicada, ya que no es lo mismo tratar un túnel carpiano en un hombre de 40 años que trabaja en un matadero que en una mujer embarazada de seis meses.

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