Qué opinan y proponen los menores sobre la publicidad de alimentos insanos

Estas son las ideas que los menores consideran necesarias para lograr una publicidad más justa, veraz y saludable que respete los derechos de la infancia y la adolescencia
Por María Huidobro González 4 de diciembre de 2025
publicidad menores
Imagen: Vitaly Gariev
La mayoría de la ciudadanía en España pide que se regule la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a los menores. Como vimos en nuestro monográfico sobre obesidad infantil, dietistas-nutricionistas, pediatras, endocrinos, entidades que trabajan por la infancia, sociedades científicas y profesionales de la salud pública… han mostrado este parecer en numerosas ocasiones. Ahora son los propios niños, niñas y adolescentes quienes reflexionan sobre ello y hasta proponen qué se puede hacer, como contamos a continuación.

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Por qué limitar la publicidad de alimentos insanos en la infancia

Más del 80 % de los anuncios de alimentos y bebidas que ven niñas, niños y adolescentes corresponden a productos poco saludables, es decir, ricos en calorías, azúcares refinados, sal y grasas saturadas, pero pobres en fibra y micronutrientes esenciales, normalmente lo que conocemos como ultraprocesados. Y esta exposición tiene un impacto directo. La ingente publicidad de productos insanos engorda a nuestros hijos. De hecho, está entre los factores más influyentes de la obesidad infantil, un verdadero problema de salud pública en España, sobre todo en los menores de familias vulnerables, según los datos más recientes.

Por eso, viendo la ineficacia del código PAOS —Código de Autorregulación de la Publicidad de Alimentos Dirigida a Menores en vigor desde 2005—, hace años que diversos colectivos preocupados por la persuasión que ejercen los anuncios entre los más jóvenes pide actuar con decisión. Reclaman una regulación que proteja a la infancia y adolescencia de la publicidad de alimentos y bebidas con bajo perfil nutricional.

Esta propuesta está respaldada por la mayoría de la población, como refleja una encuesta que en 2022 preguntó a un millar de personas sobre las políticas alimentarias de lucha contra la obesidad en nuestro país: el 85 % prohibiría esta publicidad; el 75 %, los folletos de juguetes y regalos con estos productos en los menús infantiles; el 70 %, su publicidad en eventos deportivos; y el 89 %, que se permitan alegaciones nutricionales o de propiedades saludables. 

Pasos dados para regular esta publicidad

Aunque se ha intentado poner coto a esta publicidad, no se ha dado con la fórmula. En 2021 el entonces Ministerio de Consumo ya estaba elaborando una nueva norma al respecto. Para definir los productos que no se podrían publicitar entre el público infantil, se basaría en la guía de perfiles nutricionales propuesta en 2015 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así, en 2022 se redactó un real decreto que determinaba qué alimentos y bebidas se podían anunciar a los menores de 16 años, cuáles con condiciones y qué productos no cabrían en horario infantil. Pero no se aprobó.

Y eso que era una medida prioritaria del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil (2022-2030). De este modo figura dentro del plan de acción en el entorno macrosocial para garantizar la protección a la salud de la infancia: “Establecer una normativa nacional, en diálogo con los distintos ministerios implicados y consultando a los sectores afectados, que regule el marketing dirigido a público infantil de alimentos y bebidas altos en calorías, azúcares, sal o grasas, incluyendo la publicidad y promoción de productos aplicada en todos los medios on y offline y plataformas de comunicación o entretenimiento”.

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Imagen: Frederick Medina

Tras activar el plan para garantizar la alimentación saludable en los comedores escolares, desde el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 se está trabajando para “evitar que los niños sean bombardeados con anuncios de alimentos insanos”. Deberá tener en cuenta, como poco, los nuevos perfiles nutricionales de la OMS que actualizó en 2023, el creciente peso del marketing de influencers en la salud nutricional de los más jóvenes (Justicia Alimentaria revela que el 96 % de los alimentos y bebidas que muestran son insanos) y lo que opinan los receptores de toda esta publicidad: niños, niñas y adolescentes.

✅ Toma de contacto con los menores sobre la publicidad de alimentos insanos

Precisamente, un grupo de chicas se reunió hace poco con el ministro, Pablo Bustinduy, con el fin de trasladarle las ideas que consideran necesarias para lograr una publicidad más justa, veraz y saludable que respete los derechos de la infancia y la adolescencia. Lo hicieron respaldadas por Plataforma de Infancia, una alianza de más de 70 ONG que trabaja para defender los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y que se muestra preocupada por la conexión entre esa publicidad, el consumo de alimentación no saludable y lo que implica según la evidencia científica (mayor riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol o problemas emocionales y cognitivos).

Plataforma de Infancia, siempre volcada en dar a conocer a los menores sus derechos y cómo es su cumplimiento para poder hacer sugerencias de mejora, había planteado meses atrás que chicos y chicas aportaran sus opiniones y propuestas sobre la publicidad de alimentos. “Las niñas, niños y adolescentes quieren ser escuchados y formar parte y siempre están dispuestos a dar su opinión y sus propuestas. Además, la participación infantil y adolescente es un derecho reconocido en la ley y en la Convención sobre los derechos del Niño, y una actividad que contribuye a su formación y crecimiento como ciudadanía activa”, reconocen.

Y se decantaron por el Colectivo de Acción para el Juego y la Educación (CAJE). Un grupo de 35 chicos y chicas de esta asociación de Alcalá de Henares (Madrid) fue el elegido, entre otras razones, por “tener un perfil interesante para aportar sus opiniones sobre cómo afecta este tema a los colectivos con más vulnerabilidad y familias en situación de pobreza, que se ven más perjudicados por la comida no saludable”. Y es que, de hecho, los menores de familias con menos recursos están más expuestos a los anuncios de alimentos insanos.

Qué opinan los menores sobre la publicidad de alimentos insanos

Distribuidos en dos talleres por edades (17 niñas y niños de 4 a 10 años y 18 niñas y niños de 11 a 16 años), los menores demostraron que tienen “opiniones y capacidad crítica muy interesantes” sobre un tema que sienten muy cercano y que les afecta directamente.

“Destacamos el debate que se generó sobre la gran cantidad de publicidad que les llega diariamente y cómo esta publicidad pone por delante ganar dinero en lugar de la salud. Explicaron que les indigna especialmente que sea publicidad engañosa con los tamaños de los productos y con los mensajes que se dan, porque ellas y ellos saben que algunas cosas son exageradas, pero les preocupa que haya niñas y niños que no se dieran cuenta de ello”, valoran desde Plataforma de Infancia.

De esas conversaciones se generaron infinidad de opiniones y reflexiones sobre la publicidad de alimentos, que se recogen en el documento que expresa el posicionamiento de la agrupación de ONG al respecto:

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Imagen: Vika_Glitter

👉 Dónde ven la publicidad

Los niños, niñas y adolescentes reconocen que están expuestos constantemente a anuncios de alimentos y bebidas, especialmente en Internet y las redes sociales. Mientras que los peques los ven en la tableta, el móvil o los enlaces webs en YouTube, a los mayores les llegan a través videojuegos y de plataformas de streaming, vídeos y películas, así como en redes sociales, como TikTok o Instagram y por medio de influencers, “con productos para atraer a los niños”.

Pero también son muy conscientes de que viven rodeados de publicidad en la tele, el cine, los medios de transporte y los entornos urbanos: buzón de casa, tiendas, centros comerciales, carteles, entradas de los bazares y tiendas de comida rápida. Es parte del ambiente obesogénico que compartimos grandes y pequeños.

👉 Cuántos anuncios ven

El grupo de 11 a 18 años sabe que hay muchos anuncios de alimentos “y en momentos de vacaciones muchos más”. Todos los días ven de hamburgueserías, de comida rápida, y, como curiosidad, confiesan que se han fijado en que durante la Eurocopa 2024, tres cuartas partes fueron de este tipo de anuncios; hasta les daban “gratis los productos a los futbolistas para que los enseñen”, rememoran.

👉 Qué les atrae de esa publicidad

Tanto los peques como los mayores recuerdan los anuncios por muchos motivos: los colores, la canción pegadiza, las sensaciones que les generan (alegría, frescura, buen rollo), lo publicita un futbolista o un famoso, sale un superhéroe, dan recompensas (juguetes, ofertas), la marca que no deja de anunciarse…

👉 Cuánto saben de las consecuencias de tomar esos alimentos

Según el grupo de 11 a 18 años, en los anuncios “no está bien explicado” qué consecuencias tiene consumir este tipo de alimentos. “Solo quieren el dinero y no la salud”, critican. “Decir que es sano es mentir”, aseguran.

Además, consideran que “no sabemos lo que tomamos y es malo para el desarrollo de los niños y niñas”. Aun así, consideran que “las bebidas energéticas también son malas para los niños pequeños”, así como “la adicción a los snacks”.

Qué proponen los menores sobre la publicidad de alimentos insanos

Además de reflexionar sobre cómo perciben la publicidad de alimentos, los niños, niñas y adolescentes creen que son necesarios cambios para proteger su salud y bienestar. Así se lo hicieron saber seis chicas en su reunión con Bustinduy.

“Nos parece importante que los anuncios no sean engañosos y que se diga la verdad sobre lo que comemos. A veces los anuncios parecen divertidos o con juguetes, pero no te cuentan si esa comida puede hacer daño si la tomas todos los días”, manifestaba Dunia. “Queremos que la publicidad de alimentos sea respetuosa con nuestra salud y con nuestros derechos. No solo queremos que nos vendan cosas, también queremos información para poder decidir”, añadió su compañera Lamar.

Estas y las siguientes propuestas serán tenidas en cuenta en las negociaciones sobre la regulación de esta publicidad, según les adelantó el ministro:

  • Menos anuncios. Ante la avalancha de publicidad, los chavales sugieren que se reduzca la cantidad o que al menos avisen que los van a poner para decidir si verlos o no.
  • Qué no deben anunciar. Los peques abogan por que los anuncios no promocionen comida “basura”. También remarcan que las bebidas energéticas solo puedan publicitarse para mayores de 18 años.
  • Anuncios veraces. Los menores solicitan anuncios de comida y bebida más realistas y menos engañosos, por ejemplo, respecto a los tamaños. También señalan que se muestren con claridad los componentes dañinos de estos productos: con letra grande o durante más tiempo.
  • Con advertencias. Los más jóvenes se fijan en la publicidad de los productos farmacéuticos para proponer que en los anuncios de alimentos y bebidas siempre se incluya un mensaje de advertencia sobre los riesgos de su consumo excesivo. “Que haya un mensaje en el anuncio en el que avisen que si se consume diariamente puede perjudicar a la salud”, apuntan.
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