¿De dónde procede el cabello de ángel?

Se obtiene a partir de la calabaza confitera, empleándose como relleno de múltiples productos de repostería y pastelería.
Por EROSKI Consumer 22 de enero de 2004

El cabello de ángel se prepara a partir de una variedad especial de calabaza llamada «confitera». El resto de ingredientes que se utilizan para su obtención son el azúcar y la corteza de limón o la canela.

Calabaza confitera

La calabaza confitera o «calabaza de cabello de ángel», es una variedad de invierno, de sabor más dulce que las variedades de verano. Su carne es tierna, jugosa, filamentosa y de color variable, y su piel es muy gruesa, rugosa y consistente, lo que permite que se conserve en óptimas condiciones durante largo tiempo. En su interior presenta una zona hueca en la que se encuentran las semillas o pepitas.

Cabello de ángel: como prepararlo

Esta receta sirve de relleno para muchos productos de pastelería y repostería, que cocinados en casa, resultan muy apetecibles para celebrar las ocasiones especiales.

Para preparar este dulce conviene comprar una calabaza lo más madura posible. Primero y con ayuda de un buen cuchillo hay que quitar toda la corteza. A continuación, se corta la pulpa en trozos, se eliminan todas las pepitas y se pone al fuego en una cazuela con agua hasta que quede bien cocida. Una vez fría, hay que apretar y exprimir con las manos cada trozo de calabaza para que se vayan soltando los hilos o hebras. Tras este proceso se pone de nuevo la calabaza en una cazuela con agua fría, se le da de nuevo un hervor y se deja en reposo. Después se la deja en un colador para que se escurra bien. Por último, se pone en una cazuela al fuego la misma cantidad de azúcar que de pulpa de calabaza bien escurrida, un poco corteza de limón o canela y un vaso de agua. Se deja cocer hasta que se forme un almíbar, se añade la pulpa de calabaza y se deja cocer el conjuto hasta que los cabellos queden tiernos y el almíbar bastante espeso.

A partir de la calabaza confitera también se pueden elaborar galletas, flanes, pudines o pasteles e incluso mermeladas y confituras. En realidad, es muy común incluirla como ingrediente en todo tipo de mermeladas caseras para variar su sabor y duplicar la cantidad de producto final.

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