La importancia de la vitamina B9

La carencia del ácido fólico durante el embarazo puede provocar alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso del bebé
Por EROSKI Consumer 25 de mayo de 2005

La vitamina B9 es conocida también con el nombre de ácido fólico. Esta vitamina se encuentra en gran variedad de alimentos como levadura de cerveza, legumbres, cereales de desayuno enriquecidos, hígado, verduras de hoja verde, frutos secos, huevos y frutas, por lo que una dieta variada y equilibrada es capaz de cubrir las necesidades de dicha vitamina.

¿Cuáles son sus funciones?

La vitamina B9, junto a la B12, participa en la síntesis de ADN, es decir, en la formación del material genético, por eso es fundamental un aporte adecuado durante las primeras fases de gestación, donde se produce la multiplicación y división de las células. Además, la vitamina B9 participa también en la producción y maduración de los glóbulos rojos (células sanguíneas portadoras de oxígeno a las células y tejidos del cuerpo) y de los glóbulos blancos, encargados de combatir las infecciones.

Consecuencias de su carencia

La falta de ácido fólico en la dieta puede provocar la aparición de anemia, debido a que una de las funciones de esta vitamina en el organismo es la de producir y formar glóbulos rojos. Su deficiencia también puede causar trastornos digestivos e intestinales como anorexia, náuseas o diarrea.

Su importancia en el embarazo

Durante el embarazo hay un aumento de los requerimientos de ácido fólico debido al incremento en la multiplicación celular que involucra el crecimiento del útero, la formación de la placenta, la expansión del volumen de eritrocitos o glóbulos rojos y el crecimiento del feto.

Hay evidencias claras de que el consumo adecuado de ácido fólico en la dieta antes de la concepción y durante los primeros meses del embarazo puede disminuir el riesgo de malformaciones congénitas en el feto, entre las que se encuentra la espina bífida. El tubo neural es una estructura que se forma en el embrión y que dará lugar al cerebro y a la médula espinal. En los casos de espina bífida, el proceso de formación del tubo neural falla. Éste no se cierra correctamente, por lo que pueden darse defectos tanto en la médula espinal como en las vértebras. Existen diferentes grados de lesión y en los más severos la médula espinal sobresale por la espalda del bebé. Esta malformación puede provocar varios grados de parálisis y pérdida de sensibilidad en las extremidades inferiores, así como complicaciones en las funciones intestinales y urinarias.

El origen de estas malformaciones se encuentra, por lo general, bien en una predisposición genética, o bien en que la mujer presenta una carencia de ácido fólico.

Es por tanto de gran importancia que las mujeres embarazadas ingieran cantidades adecuadas de ácido fólico o vitamina B9 antes de que se produzca el embarazo y hasta aproximadamente el tercer mas de gestación. De echo, los ginecólogos prescriben de forma sistemática suplementos de B9, antes y durante el primer trimestre de embarazo para reducir el riesgo de alteraciones.

¿Puede causar toxicidad?

La vitamina B9 pertenece a las vitaminas del grupo B. Éstas junto a la vitamina C forman el grupo de las vitaminas hidrosolubles (solubles en agua). Por tanto en caso de que haya un exceso de vitamina B9 en el organismo, éste se va a eliminar por vía urinaria. De este modo el ácido fólico no produce efectos tóxicos.

Recomendaciones

Las cantidades recomendadas de ácido fólico dependen principalmente de la edad de la persona y del periodo fisiológico (infancia, adolescencia, embarazo, lactancia, etc.). De este modo, un niño de hasta 8 años ha de ingerir al día una cantidad de 150 a 200 microgramos (la milésima parte de un gramo). Los adolescentes han de tomar diariamente de 300 a 400 microgramos, una cantidad similar a la de los adultos cuya recomendación se establece en 400 microgramos de vitamina B9 al día.

En el caso de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia las recomendaciones aumentan sensiblemente. Durante el embarazo la mujer ha de ingerir 600 microgramos de vitamina B9 al día, mientras que durante la lactancia, esta cantidad disminuye a 500 microgramos diarios.

Gracias a que la vitamina B9 se encuentra distribuida en una gran variedad de alimentos, una alimentación variada y equilibrada va a aportar las cantidades necesarias. En el caso de las mujeres embarazadas, el aumento de los requerimientos de dicha vitamina hace que sea recomendable la toma de suplementos.

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