Las sopas añejas

Son caldos más o menos sustanciosos, que en ocasiones pueden ir ligados y con algún elemento como guarnición.
Por EROSKI Consumer 10 de marzo de 2004

Presentamos tres sopas clásicas de sabores añejos y contundentes de sabor.

Sopas de pan

El pan es la base de su preparación, al igual que sucede en la sopa de ajo y de cebolla. Estas sopas pueden incluir como guarnición: bacalao, queso, huevo, etc, y estar condimentadas con ajo, cebolla, pimentón y pimiento choricero. Deben presentarse con un caldo sustancioso. Al añadírsele el pan ha de tener mucha corteza y estar duro.

Sopas de ajo

Sus ingredientes principales son: ajo, caldo o agua, aceite, pan, pimentón, pimiento choricero y huevo. Para su eleboración se ponen los ajos fileteados con aceite y se doran.

Fuera del fuego se añade el pimentón, y seguido el pan. Se rehoga todo para que el pan absorba todo el aceite. Se añade el caldo o el agua para que el pan se empape y comience a deshacerse. Por último, se añade el huevo y se pone a punto de sal. Esta sopa es la más clásica y también se la concoce como sopa de ajo castellana.

Sopa de cebolla

Sus ingredientes son: cebolla, pan, queso rallado y un caldo o fondo blanco. Para su preparación, el pan debe haberse cortado en rebanadas y la cebolla haberse glaseado en juliana. En una cazuela de barro individual se pone en el fondo la cebolla y sobre ella las rebanadas de pan. Se añade el caldo o fondo blanco y se deja hervir hasta que se empape el pan. Por último, se espolvorea con el queso rallado y se gratina en el horno.

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