Los mejores alimentos para la piel

Una dieta rica en frutas, verduras y legumbres ayuda a mantener la salud del organismo y a prevenir varias enfermedades, también de la piel
Por Isabel Megías 11 de abril de 2016
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Imagen: HASLOO

Con la llegada de la primavera y el cambio de armario, la piel está de nuevo en contacto con el aire libre y el sol y queremos lucirla bonita, pero también sana. Además de las cremas hidratantes y los protectores solares, la alimentación desempeña un papel muy importante en el cuidado del organismo, incluida la piel. Pero, ¿hay alimentos o ingredientes específicos para este fin? ¿Existen alimentos “buenos y malos” para la piel? ¿Cuáles son y qué efecto poseen? En el siguiente artículo se repasa la relación entre la dieta y la prevención de ciertas patologías dermatológicas.

Alimentación y dermatología

La piel es el órgano más grande del cuerpo y, además, una de las partes que primero ven los demás. Por ello, su aspecto contribuye en gran parte a nuestra percepción de salud y belleza de una persona. Existen múltiples factores que pueden afectar a la capacidad funcional y la integridad estructural de la piel. Factores genéticos y ambientales, como la exposición solar, el abuso de drogas o los hábitos dietéticos, han sido implicados en las alteraciones de la piel y el envejecimiento. No obstante, a pesar de que la dieta es uno de los factores tradicionalmente relacionados con la salud dermatológica, estudiar el consumo específico de nutrientes o alimentos y sus efectos sobre ella es difícil, lo que complica tener información fiable sobre esta relación.

Existen algunas enfermedades en las que la alimentación ya se asociaba con la etiopatología de las mismas, como es el caso de las alergias alimentarias o de la dermatitis herpetiforme. Sin embargo, otras muchas enfermedades de la piel no se han vinculado tradicionalmente con la nutrición… hasta ahora. Es el caso del acné, la psoriasis, el envejecimiento de la piel y el cáncer de piel de tipo no melanoma, entre otros. En algunas ocasiones la dieta puede influir sobre el curso de estas afecciones, como en el caso del acné; y en otras puede formar parte de las recomendaciones de prevención, como en el caso del cáncer de piel y el envejecimiento cutáneo.

Dieta y acné

La relación entre dieta y acné lleva estudiándose desde hace varias décadas, aunque en los primeros años de investigación los dermatólogos no encontraban ningún tipo de relación. En los años 60, se indagó mucho en la posible asociación entre el acné y el chocolate, sin hallar pruebas concluyentes. Sin embargo, estudios más recientes han reevaluado los posibles errores metodológicos de los estudios más antiguos sobre dieta y acné y han empezado a poner en marcha de nuevo investigaciones para esclarecer esta relación. Han hallado evidencias con los productos lácteos, aunque una asociación débil, y con ciertos patrones dietéticos, tales como la elevada carga glicémica, típica del patrón dietético occidental.

Dieta y cáncer de piel de tipo no melanoma

Numerosos estudios han observado que una dieta rica en frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer y que esta disminución del riesgo es más fuerte en ciertos tipos, como el cáncer de pulmón y el de colon. Investigaciones en animales de experimentación y en humanos apoyan también estos resultados en el cáncer de piel. En este sentido, se están analizando componentes dietéticos como los antioxidantes, la vitamina C y E, el selenio, el beta-caroteno y otros múltiples fitonutrientes (compuestos presentes en alimentos de origen vegetal). Un apunte de interés: en los estudios realizados en humanos con suplementos orales de estos nutrientes no han observado resultados positivos, sin embargo, los llevados a cabo con cambios en el consumo de alimentos de origen vegetal sí han sido positivos.

Dieta y envejecimiento de la piel

Las arrugas y los surcos en la piel son causados por la falta de elasticidad; están relacionados con cambios en las fibras elásticas y de colágeno de la piel. La investigación científica actual está tratando de averiguar el efecto que provoca el consumo de azúcares sobre la piel, puesto que parece que la glucosa, la fructosa y la hiperglicemia podrían favorecer la pérdida de elasticidad de la piel. Cocciones como el grill, la fritura o los asados a altas temperaturas también podrían contribuir a la pérdida de elasticidad de la piel, mientras que las especias podrían enlentecer este proceso.

Recomendaciones dietéticas para el cuidado de la piel

A la vista de la investigación actual, de nuevo parece que el patrón dietético global es la clave para conseguir un buen estado de salud en la piel. El objetivo debería ser, por tanto, alcanzar un patrón dietético saludable, tal y como aconsejan todas las sociedades científicas que estudian la relación entre la alimentación y la salud.

Así, se debería limitar el consumo de grasa, sobre todo de grasa saturada, además de la ingesta excesiva de azúcares y sal. Se tendría que promover el consumo de alimentos de origen vegetal, en especial frutas frescas, hortalizas, verduras, legumbres y frutos secos. Y, por supuesto, habría que limitar la toma de alcohol.

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