Pechugas a la plancha más jugosas

Untar en crudo el pollo, no echar aceite a la plancha y dejar la sal para el último momento consigue una carne más tierna y no aumenta las calorías
Por EROSKI Consumer 1 de febrero de 2007

Las pechugas de pollo si se elaboran a la plancha de la forma tradicional pueden quedar algo resecas. Sin embargo existen algunas técnicas que pueden mejorar el sabor y la jugosidad de este alimento sin aumentar mucho sus calorías.

Untar con aceite la pechuga antes de su cocinado

Una técnica es untar con aceite la pechuga en lugar de añadirlo directamente a la plancha o la sartén. Se añade una cucharada de aceite de oliva en un plato y se unta la pechuga en el aceite por los dos lados. A continuación se coloca la pechuga en la plancha bien caliente y sin nada de aceite. De esta forma la pechuga queda más jugosa porque se evita la evaporación de los jugos de la carne al formarse una costra superficial. Cuando el color crudo de la pechuga vaya desapareciendo se le da la vuelta y se cocina por el otro lado.

La sal se ha de añadir en el último momento, dado que si se añade antes de su cocinado, la pechuga tiende a resecarse más fácilmente.

Usar condimentos y olvidar la sal

Otra opción es preparar en un mortero un majado de ajo, perejil, vino blanco y aceite de oliva. Si se quiere prescindir del ajo se puede sustituir por otras especias y hierbas aromáticas como el romero, el orégano o la pimienta.

Todos estos condimentos, además de mejorar la jugosidad, son muy adecuados en dietas controladas en sodio, ya que con ellos se nota menos la falta de sal haciendo que la pechuga resulte más apetitosa.

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