El verano invita a realizar más actividades al aire libre con el perro. Pero la diversión y el ejercicio con el animal se pueden ver empañados por accidentes como el robo del can, su pérdida, picaduras de insectos, las quemaduras solares o los golpes de calor. Conocer qué peligros corre el perro y tomar precauciones contra ellos evitarán que el verano con nuestro fiel amigo quede en un recuerdo amargo.
1. Robo del perro en verano, precaución con dejarle solo
La ciudad o barrio donde se reside de manera habitual no es equiparable a un lugar donde se pasan unos días de vacaciones con el perro. No se conoce a los habitantes de la zona de igual manera, por lo que no es recomendable dejar al can solo en la calle bajo ninguna circunstancia.
Un perro que viaja a una ciudad desconocida en verano corre más peligro de robo o de extraviarse
Los perros que quedan sujetos con la correa a un poste o una farola corren algunos peligros. Ellos esperan mientras sus dueños hacen recados o compran en los comercios. Sin embargo, un animal expuesto a las miradas de cualquier viandante con malas intenciones puede ser víctima de un robo. «Hay personas que se dedican al robo de canes para venderlos o utilizarlos en las peleas ilegales de perros«, advierte Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid.
Por eso, es importante que el animal permanezca acompañado de una persona mientras los dueños realizan sus compras en los comercios. Y en caso de sospechar que el perro ha sido robado, se debe acudir a la comisaría de policía para interponer una denuncia.
2. Pérdida del perro en verano, el peligro de no usar correa
Los perros se pueden extraviar, sobre todo en lugares desconocidos para ellos, donde pueden estar más desorientados. En la ciudad el can debe ir siempre sujeto con la correa, según indica la ley. Pero los dueños suelen dejar suelto a su perro en el campo y otras zonas aisladas para que corra y disfrute.
Sin embargo, sobre todo si el can no sabe obedecer la orden de acudir a la llamada de sus amos, está el riesgo de que el animal se pierda. Cuando el animal corre descontrolado y no está pendiente de lo que le indican sus dueños puede extraviarse. Y un perro perdido puede sufrir un atropello o ser víctima de desaprensivos que le maltraten.
Por ello, si el animal no ha aprendido a acatar la orden de acudir donde sus amos, es más recomendable llevarle siempre sujeto con la correa. «Un perro nervioso, que se desentiende de sus dueños y ve otro can es fácil que corra tras él y se pierda«, comenta Gregorio Sánchez, educador canino.
El microchip canino, además de obligatorio, es necesario para encontrar al animal en caso de pérdida. Este pequeño dispositivo, que se coloca en el cuello, contiene los datos del amo. Pero además, una chapa colocada en el collar del perro, donde figure su nombre y un teléfono para contactar con sus dueños, es una herramienta útil para que las personas que lo encuentren sepan a quién dirigirse.
3. Picaduras de insectos en verano, ojo con el perro
En verano proliferan los mosquitos y con el perro hay que mantenerlos a raya, porque algunas especies transmiten enfermedades tan graves como la leishmaniasis. En el mercado hay productos específicos para canes, insecticidas y antiparasitarios. Son varios los formatos que se pueden elegir: collares, pipetas o aerosoles. El veterinario será quien mejor pueda asesorar a los dueños del perro sobre el producto antiparasitario e insecticida más eficaz. Incluso se pueden usar combinados unos con otros. Lo importante es que el animal esté protegido de picaduras de mosquitos y de pulgas y garrapatas.
Las avispas también pueden picar al perro. Por ello, hay que estar al tanto de dónde se encuentra el can en cada momento cuando se hacen actividades al aire libre con él. Los cachorros son, sobre todo, candidatos a recibir picaduras de estos insectos, pues les gusta inspeccionar todo lo que se mueve y, como tiene colores llamativos, una avispa puede llamar de un modo poderoso su atención.
Las medusas también pueden resultar un peligro para el perro en la playa. Hay que evitar que se bañe en zonas donde haya estos animales acuáticos. Un solo roce con ellos puede desencadenar un gran dolor y reacción alérgica en el can. Además, si la medusa pica al perro en un área alejada de la orilla, el animal tiene riesgo de ahogarse.
4. Quemaduras solares del perro en verano
Los perros también pueden sufrir quemaduras solares en la pielLos perros también pueden sufrir quemaduras solares en la piel, sobre todo los que tienen el pelo blanco y la nariz rosácea o poco pigmentada. Por ello, se debe protegerles de los rayos solares con las cremas de protección que usamos las personas.
«Hay que aplicarlas por las zonas desprovistas de pelo y por lo tanto más desprotegidas, como la nariz«, explica el veterinario José Luis Torres.
5. Golpe de calor del perro en verano
Las altas temperaturas no son amigas del perro, ya que pueden afectarle de manera muy negativa. Los animales pueden sufrir golpes de calor que pongan en peligro su vida. Así que, frente a las subidas del mercurio, los canes deben estar en la sombra y con agua limpia y fresca a su disposición. Los paseos y otro tipo de actividades al aire libre es mejor relegarlos al atardecer.