El I Congreso Internacional de Tomate para Industria, organizado por el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario «Extremadura» (Ctaex) entre los próximos días 10 y 13 de noviembre en Badajoz, acogerá a más de 200 representantes del sector para conocer, debatir y analizar las posibilidades de expansión, crecimiento e innovación que ofrece la industria tomatera.
Esta cita, que se desarrollará en el Palacio de Congresos de Badajoz, se ha organizado con el objetivo de ser un punto de encuentro para un sector con «claras posibilidades» de expansión. Además constituirá un foro nacional e internacional de ámbito tecnológico del sector del tomate para industria, dirigido a técnicos de industrias, productores del sector y comunidad científica. El objetivo es que la región sea un «referente tecnológico» dentro de la industria productora y transformadora del tomate, explicó el director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de Ctaex (OTRI), José Luis Llerena.
La prueba de la relevancia de Extremadura en la producción tomatera es que los regadíos de la región significan el 76% de la producción nacional y el 5% de la mundial, con más de 160 millones de euros exportados en tomate para industria; 20 organizaciones de productores; 13 industrias que producen tomate concentrado, polvo y dado; otras cinco dedicadas a la salsa; y 1.700 agricultores en 24.000 hectáreas, enumeró el director de la OTRI de Ctaex.
El encuentro abordará temas relacionados con la calidad de la materia prima básica, la calidad de los semielaborados de tomate y la eficiencia de los procesos, el aprovechamiento de subproductos, así como el desarrollo de nuevos procesos y productos de la industria a partir de otras materias primas. En esta primera edición se han presentado 29 ponencias, algunas de ellas desde Estados Unidos, Alemania o Reino Unido.
Llerena explicó que el congreso se enmarca dentro del Proyecto Singular y Estratégico «Competitividad del sector de semielaborados de tomate» que el centro de investigación extremeño desarrolla desde 2006 y que se prolongará otros tres años más. Este proyecto surge de la coyuntura que sufrió el tomate en 2006, con grandes stocks y costes de producción elevados, con el objetivo de hallar valores adicionales en los denominados subproductos y semielaborados del tomate, como el tomate concentrado, el antioxidante licopeno y el metano.