La tratamiento térmico que elimine los patógenos, la listeria puede desarrollarse después de éste, en función del medio donde se halle, el modo de manipulación o almacenamiento. Esta bacteria puede ser un peligro para el consumidor si no se aplican unas correctas prácticas de higiene. Por orden de frecuencia, los alimentos más susceptibles a la contaminación son los productos lácteos, sobre todo el queso fresco, los productos cárnicos preparados para consumir, como patés o frankfurt, el pescado y, por último, los vegetales.
Controles
La prevención de listeria engloba estrategias destinadas a reducir la cantidad de gérmenes en el alimento
La contaminación por listeria se debe a múltiples factores: el ambiente, el procesado o la manipulación. La prevención y el control deben abarcar estrategias destinadas a reducir la cantidad de gérmenes en el alimento y a prevenir la presencia en los establecimientos de procesado, sin olvidar que la bacteria puede permanecer en productos envasados si el patógeno estaba ya antes de envasar en el alimento y no se ha eliminado antes.
De ahí que sea tan importante una higiene adecuada en la producción y en las medidas correctoras que ayude a prevenir riesgos y evitar la comercialización de productos contaminados. El Reglamento comunitario sobre higiene de los productos alimentarios obliga a los operadores de estas empresas a crear, aplicar y mantener de forma periódica un procedimiento basado en el análisis de peligros y puntos de control (conservantes, azúcar o cloruro sódico, y el control de las temperaturas de conservación.
Qué deben hacer los consumidores
El consumidor también puede adoptar pautas para reducir el riesgo de contaminación por listeria:
- Cocinar a temperaturas elevadas los alimentos crudos de origen animal, como el pescado y la carne, y no beber leche que no se haya sometido antes a un tratamiento térmico.
- Lavar a conciencia los alimentos que se consumen crudos, como las verduras, hortalizas o las frutas.
- Después de manipular alimentos crudos, lavarse las manos y los utensilios de cocina antes de utilizarlos con alimentos cocinados.
- Conservar los alimentos crudos separados de los cocinados u otros que ya estén listos para consumir.
- Limpiar la nevera de forma frecuente.
- No conservar demasiado tiempo productos de charcutería una vez abiertos.
- Los restos de alimentos y platos precocinados deben recalentarse de manera correcta antes de consumirse.
Algunas personas son más susceptibles a la contaminación por listeria, como las mujeres leche cruda, sin pasteurizar, ni consumir productos elaborados con ésta.