La evolución de la seguridad alimentaria

En los últimos años se han desarrollado mejores técnicas destinadas a garantizar la seguridad de los alimentos
Por Natàlia Gimferrer Morató 11 de marzo de 2013
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Imagen: Rodrigo Huerta

La ciencia y la tecnología de los alimentos es una de las disciplinas que más ha evolucionado en las últimas décadas. Las expectativas del consumidor, la exigencia del mercado, la legislación europea, la higiene alimentaria o la seguridad de los productos han hecho que el campo de la alimentación experimente uno de los mayores avances tecnológicos. Los proyectos de investigación alimentaria suponen en todo el mundo una importante línea de desarrollo; se llevan a cabo estudios en las distintas áreas de producción y conservación de alimentos, así como de prevención de contaminación patógena. El artículo explica cuáles son los avances más destacados y cómo se aplican en la actualidad, sobre todo en cuanto a pesticidas, aditivos, bienestar animal y organismos modificados genéticamente.

La seguridad de los alimentos es una prioridad para los países desarrollados. Los principales factores de enfoque para la tecnología de los alimentos es la salud del consumidor mediante la elaboración de alimentos seguros y una dieta saludable, en definitiva, alimentos seguros, nutritivos y económicamente asequibles. La política de la Unión Europea en cuanto a la seguridad alimentaria ha evolucionado, sobre todo, en estos últimos diez años. Se han destinado más medios para la investigación y la innovación, se han desarrollado mejores técnicas que aseguran la seguridad de los alimentos, se han diseñado nuevos procesados y se ha economizado energía, agua y dinero. En 2012, cuando la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) celebró su décimo aniversario, se evaluaron todos los cambios realizados, así como los avances en gestión del riesgo y su evaluación. Europa goza de unas excelentes redes de intercambio de información que hacen posible una buena y rápida coordinación frente a cualquier clase de emergencia.

Pesticidas

En la UE no se pueden utilizar pesticidas sin antes verificar que no existen riesgos para el consumidor

En los últimos años, las cantidades de lavarlas bajo el agua antes de su consumo reduce de forma significativa los restos de posibles plaguicidas.

Aditivos alimentarios

La función de los aditivos alimentarios es muy variada. Algunos se usan para la conservación de los alimentos y evitar la proliferación de patógenos, pero los hay que se utilizan para mejorar el aspecto final de los alimentos. Existen los aditivos naturales y los artificiales. Estos últimos son los más polémicos. La EFSA ha dictado unas exigentes normas para los aditivos químicos en cuanto a su pureza y composición. Los aditivos deben responder a unos parámetros de seguridad que garanticen su inocuidad. Además, para la admisión a la lista de aditivos admitidos de la UE, los investigadores deben verificar que las sustancias químicas responden a las exigencias de la UE, que son inocuos en sí mismos y con los alimentos que acompañan.

Bienestar animal

Este aspecto de manera progresiva. Las normas dictadas por la UE sobre el bienestar de los animales no se aplican de forma completa en algunos Estados ya que implican costes adicionales para el productor. La UE ha puesto en marcha nuevas medidas de carácter obligatorio a la vez que facilita instrumentos a los productores para compensar los elevados costes de producción y permite periodos transitorios para al implantación de la normativa con el fin de facilitar los cambios estructurales que en ocasiones supone. Según la Directiva 98/57/CE, «todos los animales deberán tener acceso a los alimentos a intervalos adecuados a sus necesidades fisiológicas». En el transcurso de este año 2013 se prevé aplicar normativas que regulen el sacrificio animal, la carga y el transporte de animales, su espacio en las granjas y la prevención de la superproducción.

Organismos modificados genéticamente

Los OMG son uno de los principales avances en seguridad alimentaria. Los más comercializados son las especies vegetales de cultivo como el maíz y la soja. Para poder comercializar este tipo de alimentos, la UE ha puesto en marcha una serie de requisitos, como la realización de un proceso de evaluación de su seguridad que lleva a cabo la misma Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria Este tipo de alimentos pretenden ser una buena herramienta para el futuro ya que se puede modificar su genética y mejorar su crecimiento, su resistencia al medio, evitar plagas y, por ende, evitar el uso de plaguicidas o sustancias químicas.

MIRANDO AL FUTURO

El sistema alimentario ha experimentado cambios y evolucionará de acuerdo como lo hace la sociedad. La mejora de las innovaciones tecnológicas, el cambio de actitud de los consumidores, la exigencia de estar informados de lo que comen, la menor duración de la vida útil de los alimentos, la globalización de los mercados, deben ser aspectos en los que fijarse. En algunos casos, sin embargo, y según la mirada científica, podría producirse una masiva información al consumidor que conlleve a confusión: cada vez más se exige un control demostrable de los alimentos, que el consumidor pueda leer o escanear o ver la evolución de lo que come, qué pasos ha dado el producto hasta llegar a sus manos, en definitiva, su trazabilidad. La seguridad alimentaria pretende en un futuro ofrecer una gran variedad de productos y servicios al consumidor con los riesgos y los beneficios que esto conlleva.

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