La planta de tomate sometida a estrés biótico sintetiza un antioxidante desconocido hasta ahora

En la industria alimentaria podría utilizarse como conservante de alimentos para el consumo humano y piensos para animales
Por EROSKI Consumer 22 de julio de 2011

La planta de tomate sometida a estrés biótico sintetiza una sustancia fenólica antioxidante hasta ahora desconocida, según el hallazgo de un grupo de investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La UPV y el CSIC han registrado la patente nacional e internacional del nuevo antioxidante descubierto, así como del procedimiento para aislarlo en laboratorio y sintetizarlo químicamente. El hallazgo se ha publicado en la revista «Environmental and Experimental Botany».

Los investigadores del IBMCP apuntan que el poder antioxidante de este nuevo compuesto es mucho mayor -14 veces más- que el que posee, por ejemplo, el resveratrol, conocido antioxidante presente en el vino tinto, capaz de retardar el envejecimiento celular. Además, es 4,5 veces más potente que la vitamina E y 10 veces más que la vitamina C. Sus aplicaciones son múltiples. En la industria alimentaria podría utilizarse como conservante de alimentos para el consumo humano y piensos para animales, por su acción como retardante de la oxidación de los lípidos. Este potente antioxidante evitaría alteraciones tales como el enranciamiento de grasas y aceites, que merma extrordinariamente su calidad alimentaria. También podría utilizarse como suplemento para productos funcionales.

Otros posibles usos podrían darse en la industria petroquímica, como conservante de la gasolina, y en la industria de polímeros para la fabricación de fibras, productos de caucho, geotextiles y otros. En este caso, el antioxidante se utilizaría como estabilizante en el proceso de producción y para aumentar la vida útil del producto final. Por otro lado, en la industria cosmética podría emplearse en productos para el cuidado de la piel, dadas sus posibles propiedades para la prevención del envejecimiento.

Los científicos han descubierto que esta sustancia está presente en plantas de tomate sometidas a un estrés biótico y además han desarrollado un proceso sencillo y económico para su síntesis en el laboratorio. Según explica el equipo investigador del IBMCP, cuando una planta se ve instigada por un agente estresante, reacciona y activa unos mecanismos que hacen que los niveles de ciertos compuestos se alteren. «Muchos compuestos fenólicos son producidos por las plantas en respuesta a estreses bióticos o abióticos y poseen múltiples efectos, entre ellos su actividad antioxidante», explica Vicente Conejero, director del grupo investigador.

Fue al estudiar estas circunstancias anómalas de estrés de las plantas cuando descubrieron la inducción de este compuesto. «Al igual que la fiebre es una alarma asociada a mecanismos de defensa en humanos, en las plantas enfermas dicha alarma consiste en la síntesis de una serie de compuestos químicos. Uno de ellos, que hasta ahora no se conocía, es el que hemos descubierto y que presenta unas capacidades antioxidantes extraordinarias. Y, además, somos capaces de sintetizarlo en nuestro laboratorio», indican los investigadores del IBMCP. El proceso de síntesis es sencillo y económico, por lo que ya está preparado para introducirse en el mercado, según señalan los científicos, que subrayan que ofrece además importantes ventajas respecto al resto de antioxidantes comerciales.

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