Lentejas con más proteínas

Una investigación reciente mejora la calidad de las lentejas, que elevan de un 20% a un 30% el contenido de proteína
Por Natàlia Gimferrer Morató 17 de noviembre de 2010
Img lentejas
Imagen: Alé

Essex es el nombre de una nueva variedad de lenteja con una mayor fuente de proteína. Este nuevo valor se añade a los demás beneficios que ya aportaba esta legumbre, como son hierro, fibra, calcio o potasio. La obtención de esta lenteja forma parte de un ambicioso proyecto estadounidense para mejorar el rendimiento y la calidad de este alimento y aportar al consumidor sus beneficios mejorados. El resultado es fruto de varios años de investigación y de la realización de distintas pruebas de campo en la mejora de la calidad de las lentejas.

Essex no es el fruto de un primer estudio sobre cómo mejorar el rendimiento y la calidad de las lentejas. Con anterioridad, se han obtenido dos especies (Eston y Athena) que los expertos han utilizado como comparativa a la nueva variedad Essex. Los resultados de la comparación, desarrollada por expertos del Servicio de Investigación Agrícola estadounidense (ARS), hablan por sí solos: las variedades de Essex maduran al mismo tiempo que lo hacen las plantas de Eston, pero producen unas semillas algo más pequeñas, con un interior de color verde y una capa amarilla. Los resultados también han mostrado unos niveles más altos de proteína, del 20% al 30% en peso seco, y unas semillas con elevados niveles de fibra, minerales y vitaminas.

La mejor de las nuevas especies

El desarrollo de nuevos tipos de lentejas ayuda a reducir la frecuencia de enfermedades en los cultivos

Otras cualidades añadidas a esta nueva variedad es la relación simbiótica que se establece entre microbios beneficiosos del suelo, en concreto las bacterias «Rhizobium», responsables de colonizar las raíces de las plantas, y de la nueva lenteja. Estas bacterias transforman el nitrógeno atmosférico en una nueva forma que las plantas utilizan para estimular su propio crecimiento. Además, ayudan de manera natural a la mejora de la fertilidad del suelo para alimentar los cultivos subsiguientes de trigo u otros granos. Los investigadores indican también los beneficios del uso de las lentejas en la rotación de cultivos de grano pequeño, como la reducción en la erosión del suelo, una mejora en el control de las malezas y una disminución en la frecuencia de las enfermedades.

Lentejas exóticas

Una de las variedades de lentejas más apreciadas son las exóticas, conocidas con el nombre de lentejas negras Beluga, procedentes del caviar Beluga. De color oscuro, brillan cuando se cocinan y se consideran un majar exquisito debido, sobre todo, a su color atrayente. El verdadero secreto de su tan apreciado color está en la presencia de un pigmento natural no conocido hasta hace muy poco, de la familia de los antocianos. Estos compuestos aportan el color rojo, azul o púrpura en una gran variedad de flores, frutas y vegetales en general. Además, como otros muchos antocianos, podrían ser también compuestos beneficiosos para la salud del consumidor.

Las lentejas de este color son muy pequeñas, se cocinan muy rápido y se usan en ensaladas. Tienen un sabor suave, contienen elevadas cantidades de proteínas y son una excelente fuente de magnesio, hierro, vitaminas y zinc. Uno de los objetivos a partir de ahora es elaborar bocadillos a base de lentejas que sean crujientes y con cantidades muy bajas de grasa. Este aspecto podría suponer una alternativa a los productos altos en grasa, aunque es un objetivo aún en fase de pruebas.

DE SEMILLA A PLANTA

Conseguir que crezca algún tipo de legumbre en el hogar no tiene mucho secreto. Durante la transformación de la semilla en la planta, se llevan a cabo varias reacciones químicas fermentativas y se sintetizan una gran cantidad de enzimas y vitaminas. Para que la semilla germine es necesario disponer de agua, calor y oxígeno. En el caso de las lentejas, basta con poner una semilla en un recipiente de vidrio para poder observar el crecimiento, algunos algodones empapados con agua y las semillas, que se pondrán entre los algodones. Todo esto en un lugar fresco y seco y con luz. A los pocos días ya se podrá ver el crecimiento de la planta y empezarán a llevarse a cabo todas las reacciones descritas al principio. A medida que la planta germina y crece, es necesario construir o comprar un germinador. Para ello, solo es necesario contar con cuencos perforados para que circule el agua y la planta pueda crecer mejor.

Después la naturaleza hará su camino. Hay que evitar el uso de semillas partidas o muy procesadas, ya que podrían contener sustancias químicas o estar casi muertas, aspecto que dificultará su germinación. Para determinar si se ha realizado una correcta selección de las semillas iniciales, la tasa de germinación deberá ser como mínimo de un 90%. Si el proceso se realiza de forma correcta, el resultado es un alimento de una calidad nutricional excelente. En caso contrario, si la planta no ha obtenido agua suficiente, temperatura u oxígeno, se formarán colonias de bacterias u hongos.

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