Preparados cárnicos y charcutería con listeriosis causan la muerte de una docena de personas en Canadá

Hasta el momento se han confirmado 26 casos de infección por la bacteria "Listeria monocytogenes"
Por EROSKI Consumer 27 de agosto de 2008

CONSTAN DOVAL

Un total de 12 personas han muerto en Canadá por un brote de listeriosis. Los fallecidos consumieron carne contaminada por la bacteria «Listeria monocytogenes» procesada en la planta de la empresa Maple Leaf Foods en Toronto.

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Imagen: CDC

Hasta el momento se han confirmado 26 casos de listeriosis, pero el ministro de Agricultura canadiense, Gerry Ritz, no descarta que en los próximos días se eleve esta cifra. Además, se estudian 29 casos adicionales (13 en Ontario y 10 en Québec).

La semana pasada, CONSUMER EROSKI ya informó de la retirada de varias partidas de carne por parte de las autoridades canadienses que estaban listas para ser enviadas a establecimientos comerciales, ante la sospecha de que pudieran estar contaminadas por por listeria.

El súbito incremento de víctimas se ha debido, según la Agencia de Salud Pública, al cambio en el método de cálculo. Ahora se han contabilizado las muertes en las que la bacteria fue la causa principal. De los 26 casos confirmados, «12 terminaron en un deceso asociado a la cepa responsable del brote», afirma el organismo público.

Añade que en seis de los fallecimientos registrados en la provincia de Ontario, se estableció que la listeriosis era una «causa subyacente del deceso o había contribuido al mismo». En otros, todavía se estudia el papel exacto de la listeriosis.

Mark Raizenne, de la Agencia de Salud Pública, ha señalado que la planta de Maple Leaf Foods no volverá a distribuir carne hasta que la Agencia de Inspección de Alimentos determine que está en buen estado y que sus productos se pueden consumir sin riesgos.

Por su parte, la compañía, una de las mayores de productos alimentarios de Canadá, ha afirmado que la exhaustividad de sus sistemas de salud y seguridad está por encima de lo que requieren las autoridades del país norteamericano, y ha precisado que la listeria es una bacteria particularmente difícil de prevenir y detectar.

Maple Leaf Foods, que emplea a unas 23.000 personas, indica en su página de Internet que ha empezado a retirar todos los productos cárnicos elaborados en la planta de Toronto desde enero de este año, «incluso aunque no tengamos evidencias de que la bacteria podría haberse extendido más allá de las dos líneas que han sido identificadas como responsables de contaminar los productos».

Michael Vels, presidente financiero Maple Leaf Foods, estima que reembolsar a los clientes el dinero por los productos devueltos, limpiar la planta y otros gastos directos relacionados con el brote costaran a la empresa 20 millones de dólares (unos 13 millones de euros).

La listeriosis

La listeriosis es una enfermedad especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas, los ancianos, los niños y aquellas personas con sistemas inmunes débiles. Tal y como informaba CONSUMER EROSKI el pasado 21 de agosto respecto de este caso ocurrido en Canadá, la mayoría de las partidas contaminadas fueron distribuidas en restaurantes, residencias para la tercera edad y hospitales.

La presencia de listeria no implica necesariamente un peligro para la salud de quien consume alimentos contaminados por esta bacteria patógena. De hecho, la normativa europea admite hasta 100 ufc/ 100 g (unidades formadoras de colonias por cada cien gramos) en los alimentos.

Por otra parte, la listeria es una bacteria que deja de ser patógena cuando se somete a tratamiento térmico industrial o a un cocinado intenso en el hogar. Es, por tanto, poco probable que la listeriosis sobrevenga por consumo de carne fresca, ya que tras ser cocinada ésta, desaparece la patogenidad de la bacteria.

Tal y como informa la web de Canadian Food Inspection Agency (equivalente en Canadá a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), el origen de la toxiinfección ha sido una partida de productos cárnicos procesados, fundamentalmente de charcutería. Como medida preventiva, se retiraron del mercado los lotes de una larga lista de 23 productos cárnicos de este fabricante cuyas fechas de caducidad iban desde el 30 de septiembre de 2008 al 1 de enero de 2009.

Entre los alimentos afectados se encuentran jamón cocido, distintos preparados de roast beef y carne picada, salami, pepperoni, salchichas, pastrami, salsas para pizza y diversos tipos de sandwiches.

Según los especialistas de CONSUMER EROSKI, lo más probable es que la contaminación se produjera después del tratamiento térmico industrial de elaboración de estos productos cárnicos (por ejemplo, en el fileteado o en el envasado) que, al no requerir cocinado alguno antes de su consumo, causaron la toxiinfección alimentaria.

Contaminación ‘salvaje’

Para el doctor Alfonso V. Carrascosa, del Departamento de Microbiología del Instituto de Fermentación Industrial del CSIC, no es muy normal el elevado número de casos de listeriosis registrados en Canadá. En declaraciones a CONSUMER EROSKI, Carrascosa afirma que para infectarse “se necesita de una dosis infectiva importante”. En su opinión se trata de una “contaminación salvaje”.

“Los microorganismos del género listeria causan enfermedad en animales y en humanos. La especie tipo y más patógena es ‘Listeria monocytogenes’, siendo los serotipos 1/2a, 1/2b y 4b los más virulentos. Se trata de una zoonosis de origen alimentario. Hay individuos sanos portadores de anticuerpos. Precisamente una las primeras epidemias de listeria fue en Canadá en los años 80”, explica el doctor del CSIC.

Este patógeno es realmente peligroso en alimentos ya que, según Carrascosa, “es capaz de crecer a temperaturas de refrigeración (cuatro grados) y soporta la congelación y la desecación. También puede crecer a pH ácido (hasta cinco), y tolera altas concentraciones de sal, en casos extremos de hasta el 30%. Además, es cuatro veces más resistente al tratamiento térmico que otro patógeno conocido: ‘Salmonella spp.’”.

El agua contaminada por heces de portadores asintomáticos (ovino, caprino y bovino en el caso de rumiantes) se ha señalado como “el mejor aliado” para la difusión de la bacteria en animales y seres humanos. La vía de infección es oral. Las personas se pueden contaminar a través de la ingesta de ensaladas hechas con vegetales crudos, o de leche cruda o poco procesada.

Sin embargo, “la posibilidad de que se desarrolle la patogenia radica en el hecho de la virulencia de la cepa, y de su supervivencia en alimentos, que comporta el alcanzar la dosis infectiva mínima, que depende del estado inmunológico del paciente, siendo más susceptibles los niños, mujeres embarazadas (se produce una cierta inmunosupresión durante el embarazo), ancianos y enfermos inmunodeprimidos (sida, tuberculosis, tumores, hepatopatías, diabetes, etc.) o con medicación inmunosupresora (transplantados, etc.)”, comenta el investigador. Los síntomas que produce “son parecidos a la gripe, fiebre ligera y dolores, ocasionalmente con diarrea”.

Respecto a la incidencia de la listeria en España, Carrascosa dice que es baja. “Habitualmente no llega a un habitante por millón de habitantes al año, aunque la letalidad es elevada: puede llegar hasta un 40% en los casos conocidos, situándose en términos medios en un 30%, tanto en neonatos como en adultos”.

Para prevenirla, el investigador apunta que es clave la implantación de sistemas de control inspirados en el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC), “interesante para las empresas, ya que es la única forma de demostrar que no ha salido de la fábrica el contaminante, debido a los registros que ha de haber de inocuidad y a los análisis de control de calidad externo que se deben hacer para monitorizar y vigilar el sistema”.

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