Dieta adaptada a la ortodoncia

La modificación en la textura de los alimentos y la selección de los más blandos es esencial para que la masticación sea cómoda y requiera el mínimo esfuerzo
Por Maite Zudaire 7 de mayo de 2010
Img ortodoncia
Imagen: John Lustig

Los inicios con una ortodoncia obligan a modificar la textura de los alimentos y a elegir los blandos y cómodos al masticar, sin que se peguen demasiado al paladar ni a los brackets. Además, durante los primeros días son frecuentes las dolencias, llagas e irritaciones, que resultan más molestas según los alimentos que se tomen. La adaptación de una dieta que combine texturas adecuadas y una buena selección de alimentos para curar las irritaciones de los primeros días es esencial para reducir las molestias de este tratamiento médico o estético pasajero.

Dieta de fácil masticación

Imagen: John Lustig

Dieta blanda mecánica o de fácil masticación. Ambos conceptos sirven para denominar en clínica a las dietas dirigidas a personas que tienen problemas para masticar, por ausencia parcial o total de piezas dentarias, porque se acaban de poner una prótesis dental o está mal colocada y duele al masticar, o por falta de fuerza de los músculos masticatorios. Las particularidades de esta dieta, los cambios en la textura de los alimentos y la selección de estos las convierten en aptas para quienes estrenan ortodoncia, sean niños o adultos.

La modificación de la textura se expresa en forma de alimentos sólidos, enteros o troceados, pero sometidos a cocciones suaves para que su masticación sea cómoda y requiera el mínimo esfuerzo. Durante el tiempo que dure la ortodoncia, en general entre dos y tres años, la necesidad obliga a comer diferente. En algunos casos, será preciso probar distintos alimentos a los que se está acostumbrado, pero en otros bastará con elaborarlos de otra manera para cambiar la textura.

Las carnes fibrosas, como los filetes de ternera, los guisos o el conejo, son más costosas de masticar. Aunque el problema puede no ser éste, en ocasiones, entre las bandas o los brackets del aparato se quedan restos de filamentos de las fibras musculares, difíciles de eliminar con el cepillado. Son más adecuadas en estos casos las carnes blandas, como la de pollo guisado o con salsa, o las carnes de cualquier tipo picadas y presentadas de diferente manera, como albóndigas, hamburguesas, salchichas, mezcladas con verduras como relleno de un pastel, de unos canelones, una lasaña o una empanada, etc.

Proponer a los niños alimentos que exijan masticar durante más tiempo les podría prevenir de muchos males de la dentadura

Las croquetas y empanadillas son otra alternativa, pero al requerir la fritura no se deben convertir en platos muy recurrentes. En general, los pescados carecen de dificultad para masticarlos porque la textura de su carne es más blanda y se pueden mezclar con salsas que los hacen más jugosos. Las frutas, al principio, se asimilan mejor muy maduras, cocidas, asadas, en compota o batidas. Son adecuadas las compotas de peras y de manzanas o una combinación de ambas. Son fáciles de hacer y muy gustosas las recetas de frutas variadas ligeramente cocidas o asadas en papillote para ablandarlas, así como los batidos de frutas, que tampoco requieren esfuerzo alguno para masticarlos.

Las ensaladas pueden ser de tomate pelado mezclado con aguacate, relleno, con la lechuga cortada en juliana fina. Se puede recurrir a las ensaladas templadas con ingredientes blandos como setas, pimientos y cebolla rehogados, y a las ensaladillas, en las que los ingredientes están cocidos. Los gazpachos son otra forma idónea de tomar las hortalizas crudas, ya sea el típico de tomate y pepino, con otras hortalizas como la lechuga o con mezcla de frutas, como el de sandía y melón.

Superar las molestias iniciales

Las rozaduras durante la primera temporada y los días siguientes a cada visita al ortodoncista, junto con las llagas en las comisuras de los labios o en distintas partes de la cavidad bucal por mordeduras al no tener habilidad para masticar con el aparato, son molestias comunes que se superan con el tiempo o, al menos, resultan menos incómodas.

Curar las llagas en la boca. Las aftas bucales, las irritaciones e inflamaciones de las encías o las gingivitis son más molestas y tardan más en curarse cuando se toman alimentos ácidos que las irritan, como los cítricos, la piña, el tomate o el vinagre, que convendrá evitar en el tiempo que dure el malestar. Según la intensidad del dolor, también molestan los alimentos duros como la corteza de pan y los biscotes, los que se toman muy calientes o los muy condimentados y picantes.

La vitamina A sirve para la regeneración de las mucosas y acelera la curación de las heridas, por lo que en estos casos conviene tomar cada día alimentos ricos en estos nutrientes. Esta vitamina abunda en la leche entera, la mantequilla, los quesos y los huevos. En los vegetales se halla en forma de beta-caroteno, el pigmento que da color naranja a zanahorias, calabazas, mandarinas, naranjas, albaricoques, melocotones, mango, melón, etc.

Evitar los alimentos pegajosos y duros. Algunos alimentos con textura dura -como el pan tostado, las galletas, los frutos secos y las palomitas– o pegajosa -como los chicles, los caramelos gomosos y las chucherías– se pegan a las bandas del aparato o a los brackets. Tampoco conviene tomar alimentos azucarados, como chocolates, bombones, bollería y similares, si no es posible una buena higiene bucal a continuación.

Los restos de comida que se adhieren a los dientes son sustrato para las bacterias que generan ácido y deterioran el esmalte dental, el paso previo para el inicio de la caries. Del mismo modo, pueden no resultar convenientes los alimentos de textura blanda, pero que requieren una masticación más enérgica, como el jamón cocido o el jamón serrano.

MASTICAR BIEN DESDE PEQUEÑOS

En la actualidad, los niños apenas tienen necesidad de masticar porque la textura de la mayoría de los alimentos que comen es blanda. Ingieren carnes picadas en lugar de filete, purés en vez de ensaladas o frutas blandas y muy maduras. Los progenitores deben saber el importante rol que tiene la masticación durante la primera infancia en el desarrollo y posterior buen funcionamiento del sistema dentario. Proponer a los niños desde sus primeros años alimentos que exijan masticar durante más tiempo les podría prevenir de muchos males de la dentadura y, en consecuencia, de visitas futuras al ortodoncista.

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