¿Qué es la dieta de los colores?

La dieta de los colores que se difunde en Internet como un método para adelgazar se aleja de su origen, una propuesta para fomentar la alimentación saludable
Por Isabel Megías 17 de agosto de 2015
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Imagen: merc67

La dieta de los colores se ha hecho famosa en Internet. Numerosas publicaciones en redes sociales y blogs se refieren a ella como un método para comer sano y adelgazar. ¿Esto es real? Una de las cuestiones más sorprendentes sobre esta propuesta dietética es que su origen no tiene nada que ver con la pérdida de peso, sino con el fomento de una alimentación saludable, basada en frutas y verduras. En el siguiente artículo se explica en qué consiste la dieta de los colores, cuáles son sus aspectos positivos y, también, qué puntos débiles tiene.

Poco peso, deseo de muchos

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Imagen: belchonock

La población con obesidad y sobrepeso ha aumentado en los últimos años en la mayoría de los países, y también en España. Por ello, cada vez más personas se preocupan por su imagen corporal y sienten la necesidad de bajar o controlar su peso. El tratamiento dietético, incluido dentro del cambio en el estilo de vida, es el primer paso para conseguir un buen control del peso corporal. Pero lograr una buena adherencia a la dieta y mantener esta adherencia a lo largo del tiempo es difícil, de manera que en muchas ocasiones los resultados conseguidos con el tratamiento dietético son limitados.

Para perder peso, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) recomienda un plan dietético individualizado y un incremento de la actividad física. La idea es lograr una restricción energética de unas 500-1.000 Kcal diarias respecto a la dieta habitual, con un aporte de macronutrientes que permita la máxima adherencia al paciente:

  • Carbohidratos, un 45-55% del Aporte Calórico Total (ACT).
  • Proteínas, un 15-25% del ACT.
  • Grasas, un 25-35% del ACT.
  • Fibra, entre 20 y 40 gramos al día.

Como es difícil habituarse a un nuevo estilo y mantenerlo a largo plazo, distintas propuestas dietéticas que promueven una pérdida de peso de manera fácil y eficaz circulan hoy día por las redes. Pero, ¿en realidad funcionan? Hay que ser siempre precavidos antes de empezar cualquier régimen dietético, puesto que algunos de ellos carecen de fundamento científico y pueden provocar riesgos para la salud.

En qué consiste la dieta de los colores

Esta propuesta dietética se basa en incluir en la dieta alimentos de los siguientes cinco colores: morado o azul, rojo, verde, blanco y amarillo. En las redes sociales, se promueve este tipo de dieta para conseguir una reducción ponderal y mejorar la alimentación. Para seguir esta dieta, deben incorporarse a diario verduras, frutas y hortalizas frescas de estos cinco colores; hecho que asegura un bajo aporte calórico de la dieta y un elevado contenido en fibra, vitaminas y minerales.

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Imagen: belchonock

Sin embargo, el origen de la dieta de los colores no tiene nada que ver con la pérdida de peso. El programa norteamericano «5 al día» (5 a day for a better health) nació con el objetivo de fomentar el consumo de fruta, verdura y hortalizas en la población americana. A raíz de esta campaña inicial, en 2002, se intentó favorecer no solo el consumo de fruta y verdura, sino asegurar también la variedad en este grupo de alimentos, promoviendo la ingesta de al menos una ración diaria de verduras y frutas de cada uno de estos cinco colores. Así pues, la campaña The color way invita a aumentar el consumo de fruta y verdura y también su variedad; no es una dieta para perder peso, aunque las redes sociales la hayan transformado en otra cosa.

Las frutas y verduras son fuentes de agua, fibra, hidratos de carbono, vitaminas y minerales y otros fitoquímicos; esto es, sustancias químicas de origen vegetal con efectos positivos en el organismo. Mediante los colores de las frutas y verduras se asegura una dieta rica en estos fitoquímicos.

Cosas positivas de la dieta de los colores

Esta propuesta impulsa una dieta rica en frutas, hortalizas y verduras. Está ampliamente estudiado y establecido que una dieta rica en frutas y verduras (al menos cinco raciones al día) promueve un estado óptimo de salud y previene frente a la aparición de múltiples dolencias, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y dislipemias.

Incorporar la fruta y la verdura en la dieta, e intentar que además la dieta sea variada en fruta y verdura, es una recomendación estupenda. De hecho, es uno de los consejos que cualquier dietista-nutricionista daría a quien acudiera a su consulta. La introducción de frutas y verduras de diferentes colores favorece la variación en estos alimentos y evita, por tanto, que no siempre se coma plátano o manzana de postre y lechuga o judías verdes como verduras en las comidas.

Cosas negativas de esta dieta

En las publicaciones que circulan por Internet no se especifica cuál debe ser el equilibrio dietético del resto de nutrientes y alimentos de la dieta. Así, en esta propuesta no se indica cuál tendría que ser el consumo de alimentos proteicos (carne, pescado y huevos). ¿Se trata de una dieta vegetariana? ¿Se debe controlar o no la cantidad de carne? ¿Se recomienda algún tipo de alimentos proteicos o se pueden tomar todos? Tampoco da ningún consejo sobre cereales, legumbres y otras féculas. ¿Son convenientes o no? Y, en caso de estarlo, ¿qué tipo de cereales y legumbres se deben consumir?

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Imagen: belchonock

La propuesta queda, por tanto, incompleta, con poca información al respecto. De este modo, según el criterio del consumidor, la dieta podría llegar a ser equilibrada o promover algún desequilibrio dietético grave (déficit proteico, déficit energético o déficit de vitamina B12, por ejemplo).

Cabe destacar, además, que no existe ningún documento o estudio científico que haya valorado el efecto que este tipo de dieta puede tener sobre el peso corporal. Tampoco hay ninguna base o evidencia científica de que este tipo de propuestas generalistas e incompletas sean las más indicadas para conseguir una buena pérdida de peso, aunque aumentar el consumo de fruta y verdura sí es una recomendación que puede llevar a perder peso.

La pérdida de peso que pueda producirse dependerá del aporte calórico total que se realice y de cómo se organice la dieta. Por tanto, es muy importante consultar siempre a un dietista-nutricionista antes de modificar los hábitos de alimentación. Nadie mejor que estos profesionales para aconsejar sobre qué alimentos deben estar presentes en la dieta y cómo organizarlos.

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