¿Es mejor dormir sobre el lado izquierdo durante el embarazo?

Si la gestante duerme sobre su lado izquierdo, tiene menos probabilidades de que el peso del útero obstruya sus vasos sanguíneos y le ocasione alguna molestia
Por Cristian Vázquez 16 de octubre de 2014
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Imagen: Bonbon

La recomendación de que las embarazadas duerman -sobre todo en la última etapa de la gestación- sobre su lado izquierdo se repite con frecuencia, hasta el punto de que a veces se duda de si este consejo tiene base científica o es tan solo una creencia popular. Pero en realidad sí que tiene el respaldo de los especialistas. A continuación se explica el porqué de tal sugerencia y si no hacerlo entraña algún riesgo para la futura madre o para su bebé. Además se describen otros trastornos del sueño que afectan a las mujeres en este periodo.

¿Por qué hay que dormir del lado izquierdo durante el embarazo?

Los expertos recomiendan dormir sobre el lado izquierdo, en especial, los últimos meses del embarazo

Dormir durante el embarazo se puede convertir en una tarea complicada, sobre todo en los últimos meses. Para las primeras etapas no hay ninguna postura contraindicada y depende de la comodidad de cada mujer, pero la tripa, cuando alcanza un tamaño considerable, hace que casi ninguna posición resulte cómoda.

En tales condiciones, dormir boca abajo es imposible, mientras que boca arriba se torna muy incómodo debido al propio peso del bebé. Por lo tanto, lo más idóneo es colocarse de costado.

¿Da igual cualquiera de ambos lados? Pues no. La recomendación es dormir sobre el lado izquierdo, según especialistas como los autores de la ‘Guía de cuidados en el embarazo‘, del Ministerio de Sanidad. Esto se debe a que si la gestante duerme del lado derecho (o boca arriba), hay más posibilidades de que el peso del útero recaiga sobre la vena cava inferior, el vaso sanguíneo que transporta la sangre desde las piernas, los órganos del abdomen y la pelvis hacia el corazón.

¿Es peligroso que una embarazada no duerma sobre su lado izquierdo?

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Imagen: Jocilyn Pope

Si la presión ejercida por el útero obstruye la circulación de la sangre a través de esa vena, se puede generar el llamado síndrome de hipotensión supina: el cuerpo reacciona como si hubiera perdido sangre. En consecuencia, baja la tensión sanguínea y aumenta el ritmo cardiaco. Y es posible que surjan mareos, palpitaciones, sudoración e, incluso, náuseas y vómitos. Este síndrome fue descrito a mediados del siglo XX. Estudios posteriores determinaron que hasta el 90% de las embarazadas presentaban en algún momento una obstrucción completa de la vena cava.

Pero no hay que alarmarse. Lo normal es que si una persona comienza a padecer los síntomas de este síndrome, cambie de postura con rapidez (hasta aunque esté dormida). Por lo tanto, no hay peligro ni consecuencias para la gestante ni para el bebé. Por eso se señala como preferible que la mujer duerma del lado izquierdo, pero este consejo no es taxativo. A lo sumo, lo malo es que este pequeño malestar pueda ocasionar que la mujer se despierte y de ese modo interrumpa un sueño que, en esas fechas, suele ser difícil de conciliar.

Para favorecer el descanso, los expertos recomiendan, además, que la embarazada duerma de lado con las rodillas dobladas y una almohada entre las piernas. Conforme avanza la gestación, resulta complicado encontrar una postura cómoda. Por ello, la sugerencia es utilizar cojines para estar más incorporada y cómoda.

Trastornos del sueño durante el embarazo

Más allá de la sugerencia de dormir del lado izquierdo y del uso de almohadas y cojines para obtener mayor comodidad, el caso es que los trastornos del sueño están a la orden del día en los últimos meses de la gestación. El artículo ‘Trastornos del sueño durante el embarazo‘, realizado por expertos del Hospital Virgen de la Luz (Cuenca), indica que “entre un 66% y un 94% de las gestantes reconocen sufrir algún problema relacionado con el sueño“. Tales problemas afectan a su duración y a su calidad y “se producen como consecuencia de los cambios físicos, hormonales y fisiológicos que acontecen durante el embarazo”.

Aparecen otras molestias para dormir: mayor frecuencia urinaria, calambres u otros dolores musculares, acidez estomacal e incluso las pataditas del bebé. Además, aumentan los índices de insomnio, excesiva somnolencia diurna, síndrome de piernas inquietas, ronquidos y apnea del sueño.

Para reducir las molestias musculares, se recomienda reducir la fatiga durante el embarazo. Para ello, el descanso debe ser el adecuado: ocho horas de sueño por día y “pequeños descansos durante el día, de ser posible en un sillón con respaldo y las piernas en alto”.

Y con respecto a la acidez estomacal, la mejor prevención es mantener una alimentación saludable en la gestación.

Por lo demás, el consejo es que cada mujer busque sus propias maneras de dormir mejor. Y si los trastornos fueran de importancia o causaran mucha preocupación, acudir a la consulta del médico.

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