Investigadores andaluces diseñan un sensor para detectar contaminantes en alimentos

El sistema se ha desarrollado para detectar, en especial, la presencia de aminas
Por EROSKI Consumer 16 de febrero de 2012

Dos investigadoras de la Universidad de Córdoba (UCO), Mercedes Gallego y Beatriz Jurado, en colaboración con Evaristo Ballesteros de la Universidad de Jaén, ambas instituciones integrantes del Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación ceiA3, han diseñado un nuevo sistema de detección de contaminantes en alimentos. La UCO ha destacado que la herramienta está especialmente diseñada para detectar la presencia de aminas, un tipo de compuesto químico orgánico considerado como contaminante y que en grandes concentraciones se ha relacionado con algunos tipos de cáncer.

El sensor basa su eficacia en el análisis cromatográfico de los contaminantes, con el uso de la técnica de espectrometría de masas. «Una fórmula que ha permitido detectar las aminas en cantidades mínimas y por tanto consideradas inocuas y que hasta ahora pasaban desapercibidas», explica la UCO.

Este nuevo sistema de detección aparece detallado en el último número de la revista «Journal of Agricultural and Food Chemistry», en el que las investigadores de la UCO analizan la presencia de hasta 16 tipos de aminas (aromáticas, melamina y nitrosaminas) originadas durante algunos tratamientos industriales (tostado/secado), adición de algunos aditivos y/o por migración de adhesivos y tintas empleadas en los envases.

El estudio, que ha durado dos años, incluye cervezas, vinos, bebidas espirituosas, leche y productos lácteos procedentes de varios países europeos, obteniéndose diversos resultados según el tipo de alimento. Así, mientras en todas las muestras de cervezas se detectaron al menos dos contaminantes, aunque por debajo de lo permitido, no apareció resto de ellos en vinos o en bebidas espirituosas. En el caso de la leche y productos lácteos, se detectaron hasta siete tipos de contaminantes. Se localizó melamina en dos muestras de leche deshidratada, en concentraciones muy inferiores a los límites máximos permitidos por la legislación europea.

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