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Propiedades nutricionales del tahini
La saludable mezcla de ingredientes convierte al tahini en un alimento para tener en cuenta a la hora de elaborar desayunos, almuerzos y meriendas. Y, también, entrantes cardiosaludables. La riqueza en ácidos grasos insaturados de las semillas de sésamo unida a su contenido en sesamol, componente antioxidante, explican sus virtudes nutricionales. El sesamol, además de ser antioxidante, hace que tanto el aceite de sésamo como el tahini elaborado con las semillas sean productos muy estables y no se enrancien rápido.
La pasta de sésamo es fuente de grasas saludables, presenta un alto contenido en proteínas vegetales, es rica en minerales y vitaminas del grupo B, y además contiene fibra dietética, que favorece la digestión y la saciedad.
Es importante tener en cuenta que la crema tiene una cantidad elevada de grasa y calorías (aporta unas 560 calorías por 100 g de producto). No obstante, por sus componentes saludables, se presenta como un sustituto perfecto a la mantequilla, al queso o a las margarinas.
Las semillas de sésamo contienen casi la misma proporción de ácido oleico (monoinsaturado) que de linoleico (poliinsaturado). Dependiendo del aceite que se use para conseguir la emulsión, el tahini será más rico en grasa insaturada (si se añaden aceites de semillas, como girasol, maíz o soja) o monoinsaturada (aceite de oliva); pero, en cualquier caso, se trata de aceites saludables.

El aspecto negativo para la salud deriva del potencial alergénico de las semillas de sésamo. Si bien la prevalencia de la alergia al ajonjolí es baja (se estima que afecta a menos del 0,2 % de la población), es importante tener este factor en cuenta para las personas con hipersensibilidad a la proteína de estas semillas.
Cómo hacer tahini casero
El tahini combina el alto valor nutricional (proteínas, grasas saludables, minerales) con un gran potencial culinario. Y, además, es muy fácil de hacer.
🌱 Qué necesitas
- 100 g de semillas de sésamo.
- 2 cucharadas de aceite neutro (girasol u oliva suave).
👩🍳 Preparación
- Tuesta las semillas. Ponlas en una sartén amplia, a fuego medio-bajo y remueve constantemente hasta que estén ligeramente doradas y desprendan aroma (unos 5 minutos, más o menos). Procura que no se quemen para evitar que adquieran un sabor amargo.
- Déjalas enfriar un poco.
- Tritúralas. Puedes hacerlo con un mortero o pasándolas por la batidora de mano. Verás que primero se forma una especie de harina y, después, una pasta más densa.
- Agrega aceite. Añade una o dos cucharadas de aceite y sigue triturando hasta lograr una textura suave y cremosa. Si prefieres una consistencia más fluida, vierte un poco más de aceite a la mezcla.
👉 Otros añadidos
Hay quienes añaden a esta pasta zumo de limón, lo cual da como resultado una variante de sabor suave y delicado. Admite múltiples condimentos que le darán el carácter a la crema, según se añada ajo en polvo o picado muy fino, pimentón dulce o picante o perejil, entre otros. También le puedes agregar una pizca de sal.
Ideas para usar el tahini en la cocina

🔸 Humus
Para hacer en casa un humus de garbanzos, combina el tahini con garbanzos cocidos y triturados, ajo y zumo de limón. El resultado: un exquisito (y saludable) paté casero vegetal.
🔸 Aderezo para ensaladas
Mezcla el tahini con limón, agua, sal y ajo picado, y obtendrás una mezcla cremosa y deliciosa para aliñar tus ensaladas.
🔸 Salsa rápida para verduras o falafel
Combina el tahini con yogur natural, zumo de limón y perejil fresco. Conseguirás una salsa perfecta para untar o mojar.
🔸 Tostada dulce o salada
Úntalo en pan integral, con plátano y miel (si quieres una tostada dulce), o con aguacate y semillas (si te apetece un tentempié salado).
🔸 Toque cremoso en sopas y cremas
Añade una cucharada al final de la cocción de cremas de calabaza, zanahoria o lentejas. El tahini aporta un sabor muy singular.