Cómo abrazar sin contagiar durante la pandemia

La nueva normalidad presenta un reto: abrazar a nuestros seres queridos y demostrarles nuestro afecto sin riesgos para la salud. Así son los abrazos seguros en tiempos de covid-19
Por Ramiro Varea Latorre 12 de julio de 2020
como abrazarse nueva normalidad
Imagen: Getty Images

Abrazarse es, para el ser humano, lo mismo que respirar o alimentarse. Porque un abrazo va más allá de un simple gesto de cariño o de afecto. Sus beneficios físicos y emocionales son terapéuticos. Pero hoy todo ha cambiado con la covid-19. La pandemia ha alterado nuestras pautas de comportamiento y ha impuesto la distancia social, también con nuestros familiares y seres más queridos. Durante meses, hemos estado sin verles ni abrazarles, hemos experimentado la soledad, y en estas fechas de vacaciones, para muchos llega el momento de los reencuentros… y los abrazos. Este año, serán distintos: más breves, sin besos y siempre con la mascarilla puesta.

La pandemia de la covid-19 ha afectado a nuestra forma de vivir y comunicarnos con los demás; también a nuestros hábitos y costumbres. Una de las consecuencias del confinamiento es que, durante meses, hemos estado recluidos en nuestros domicilios sin poder ver a nuestros seres queridos y amigos, más allá de las videollamadas. En este largo periodo, hemos estado privados de una de las necesidades humanas más importantes en nuestra interacción con los demás: el abrazo. Los beneficios de abrazarse, tanto a nivel físico como emocional, son numerosos. Cuando abrazamos o recibimos un abrazo, liberamos estrés y ansiedad, y aumenta el nivel de oxitocina, lo que mejora nuestro estado de ánimo y, por lo tanto, la depresión. De ahí la sensación de bienestar y tranquilidad que produce este tipo de contacto.

Una de las consecuencias de esta distopía poscovid es que el miedo al contagio ha traído consigo nuevas formas de saludarse, alejadas del contacto tradicional, tan arraigado en los países mediterráneos como España. Las alternativas para mostrar afecto sin abrazarse pasan por chocar pies o codos, abrazar de lejos, sonreír o saludar a distancia. Lo cierto es que hoy, algo tan natural, balsámico y positivo como darse un abrazo se ha convertido casi en una actividad de riesgo. Más aún en verano, cuando en plenas vacaciones, miles de familiares que han estado separados compartirán días de encuentros y descanso.

como abrazar forma seguraImagen: Getty Images

Adaptarse a esta nueva normalidad, marcada por el uso de la mascarilla y la obligatoriedad de mantener la distancia social, no es tarea fácil. Y evitar los abrazos es casi misión imposible, entre otros motivos, porque este gesto es inherente a la naturaleza humana. No se entiende la vida sin abrazar a los seres queridos, a los abuelos, a los hermanos, a los nietos.

El ser humano, coinciden los psicólogos, necesita contacto físico para sentirse arropado y transmitir amor y cariño a los demás. Más aún después de una situación tan dura y grave como la acontecida en los últimos meses, con la carga y el estrés emocional que ha supuesto para todos, independientemente de la edad de cada uno. Las preguntas que surgen son inevitables: ¿podemos abrazar a nuestros seres queridos? ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Supone un riesgo para nuestra salud? ¿Debemos mantener la distancia si veraneamos en la casa de los abuelos?

Abrazos breves y con más precauciones

Una de las recomendaciones sanitarias más importantes para prevenir el contagio de covid-19 es evitar la proximidad y el contacto físico con otras personas. Sin embargo, después de tanto tiempo separados de nuestros seres queridos, cuesta mantener esa distancia y resistirse a la calidez de un abrazo. En estos casos, tendremos que tener muy presente que los abrazos han de ser diferentes, inevitablemente más breves y en los que deberemos mantener en todo momento ciertas precauciones. Por supuesto, los besos y los apretones de mano están prohibidos. Y más vale mentalizarse de que la situación se prolongará meses y, en el peor de los casos, más de un año. Así que cuanto antes asumamos cómo debemos actuar, mejor para todos.

Abrazos seguros entre adultos

Pueden parecer demasiadas obligaciones para un gesto en apariencia tan banal como es un abrazo, pero en este caso no queda otra opción si queremos proteger nuestra salud. Las pautas son claras:

? Las personas que se abracen deberán llevar siempre puesta la mascarilla, también en el caso de los niños a partir de los seis años de edad.

? Durante el abrazo, no se puede hablar, ya que la saliva es una fuente de propagación del virus.

? Además, debe durar unos pocos segundos, y ni las caras ni las mejillas deben juntarse nunca. Lo suyo es girar lateralmente las cabezas en sentido contrario, para no coincidir y evitar el contacto.

? Tras el abrazo, hay que lavarse las manos a fondo con agua y jabón, o gel hidroalcohólico.

? Tampoco hay que tocar la cara o la mascarilla de la otra persona.

Abrazar a un niño

Más difícil es controlar el abrazo de los niños, por ejemplo, a sus abuelos.

?  En este caso, el adulto debe llevar siempre mascarilla y no respirar nunca sobre la cabeza del menor.

?  La forma más segura de abrazar es no agacharse a la altura del pequeño y mantener la cabeza girada hacia el lado contrario.

Otras alternativas: podemos permitir que los niños abracen a los abuelos a la altura de la cintura o de las rodillas (siempre sin juntar las caras), o que estos abracen a sus nietos por la espalda y les besen en la nuca (sin quitarse jamás la mascarilla y, en la medida de lo posible, conteniendo la respiración durante esos segundos).

?  Los besos en las mejillas están terminantemente prohibidos y, después del saludo, es conveniente lavarse las manos.

Recomendaciones generales para abrazarse durante la pandemia

Toda precaución es poca para evitar la propagación de un virus invisible que ha puesto en jaque al mundo casi de un día para otro. Por ello, es preferible que los saludos se hagan en espacios exteriores y abiertos que estén bien ventilados. Esto conlleva evitar la concentración de muchas personas dentro de la casa o en una misma habitación.

Controlar la efusividad puede no resultar fácil, sobre todo para los más pequeños, pero el esfuerzo valdrá la pena. Al fin y al cabo, las vacaciones y el verano son fechas para relajarse, disfrutar en familia y recargar energías ante un otoño que este año se presenta repleto de incertidumbres mientras se espera a que, por fin, llegue la vacuna contra la covid-19.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube