Las fresas son ricas en vitaminas y minerales. Presentan un interesante perfil nutricional y destacan por ser fuente de antioxidantes. Además de estas cualidades que hacen de esta fruta un alimento saludable, son llamativas, sabrosas y muy versátiles para cocinar. Entre marzo y junio, las fresas se encuentran en su mejor momento y tienen ese punto irresistible que las convierte en el rubí de las fruterías. El equilibrio entre acidez y dulzor, una textura peculiar y un color muy atractivo permiten disfrutarlas tanto en platos dulces como salados, en bebidas y en distintas comidas del día. A continuación, reseñamos cinco ideas para degustar las fresas, desde el desayuno hasta el postre.
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Es difícil imaginar un puñado de fresas frescas sin pensar también en una generosa ración de nata. Junto con el helado y las tartas, esta es una de las presentaciones más tradicionales. Sin embargo, existen muchas formas de utilizar esta fruta. Algunas son más conocidas que otras, pero todas son exquisitas.
En desayunos: con zumos, leche y cereales
Una manera muy práctica de incorporar fruta fresca al desayuno es utilizar unas cuantas fresas. Se pueden consumir al natural o, también, intentar distintas combinaciones.
- Si te gustan los cereales y el yogur, añadir al tazón unos trocitos de fresas recién cortados le aportará un punto de frescura y sabor interesante. Esta mixtura también funciona muy bien con leche desnatada en lugar de yogur.
- Si te gustan los zumos y los batidos, tienes algo más de tiempo y quieres hacer un desayuno especial, puedes preparar un zumo de kiwi y fresas, uno de ciruelas y fresas, o añadir algunas fresas al típico zumo de naranja.

Con aderezos: en mermeladas, vinagretas y salsas
La mermelada de fresa es muy rica con tostadas, pero hay otras maneras de emplearla en la cocina: es una base estupenda para hacer vinagretas originales y salsas para carnes, que admiten combinaciones originales e ingredientes con carácter.
De hecho, si elaboras una salsa de fresas con la intención de aderezar platos salados, puedes añadir unas gotitas de wasabi, o de salsa de soja, o un poquito de pimienta como contrapunto del dulzor. Combina muy bien con alimentos grasos —como el foie gras y el paté—, con quesos y en vinagretas para aliñar ensaladas.

En la comida: en ensaladas, con pollo y pescado
La fresa no es una fruta en exceso dulce y tiene, además, unas notas de acidez muy interesantes para incorporar a ciertos platos salados.
- Una posibilidad es utilizarlas como ingrediente en una brocheta de pollo o en una terrina de pescado con verduras asadas.
- Otra, añadirla a la ensalada para aportar novedad en el color, el sabor y la textura. La fresa, combinada incluso con manzana, siempre realza una ensalada sencilla de lechuga y zanahoria. También marida muy bien con la ensalada de anchoas, queso brie y cogollos de Tudela, y se puede agregar a unas endibias, con su correspondiente vinagreta.

En las bebidas: zumos, batidos y granizados
Solas o combinadas, las fresas pueden beberse o degustarse a cucharadas. Si compramos una caja y queremos evitar que se estropeen, preparar con ellas un zumo, un batido o un granizado es una buena solución para aprovechar las que están más maduras o son menos vistosas. El batido de fresa y plátano, el zumo de fresa con ciruelas y el sorbete de fresa con un toque de limón siempre triunfan.

En el postre: en tartas, cupcakes, con helado…
Las fresas se pueden usar en infinidad de platos; pero su punto fuerte es la repostería. En este ámbito, las opciones se multiplican y van desde lo más sencillo y tradicional (como una copa de fresas con nata), hasta recetas algo más elaboradas (como los cupcakes de fresa), si bien suelen ser más calóricas.
- Una dulce opción para los días más cálidos es preparar un bavarois de fresas con cava (o un biscuit helado de fresa, si queremos emplear alcohol).
- Para los más pequeños, el polo de fresa es una apuesta segura.
- Si preferimos un postre ligero, la brocheta de melón, fresas y pera es una buena alternativa.
- Si, en cambio, hacemos una excepción y nos atrevemos con algo un poco más contundente, la tarta de fresas, las torrijas de carnaval con natilla y fresas o la tarta de requesón y fresas son propuestas deliciosas.



